Zaragoza fue la tercera ciudad que más llamadas recibió de los secuestradores virtuales

Esta es una parte de las grabaciones de la Policía Nacional con respecto a los secuestros virtuales. Zaragoza fue la tercera ciudad que más llamadas recibió.



"¿Te parecen bien 5.000 euros por el amor que siente por su hijo? A mí me parece una cifra baja". Este es el inicio de la conversación que mantienen los secuestradores virtuales con sus potenciales víctimas. Todo esto después de haberles puesto al teléfono a uno de sus compinches que había imitado a ese hijo que está supuestamente secuestrado. 


Gracias a estas llamadas en las que los secuestradores exigían dinero a cambio de sus familiares, principalmente hijos, la Policía Nacional ha identificado y localizado a los miembros de esta trama de origen chileno. "¿Por qué no ha sacado el dinero de cajero? La cosa se está poniendo bastante fea...", amenazaban en una conversación telefónica.


Los autores intelectuales se encuentran en un centro penitenciario de Santiago de Chile mientras que sus familiares o socios serían los responsables de hacer efectivos los ingresos realizados por las víctimas. Ahora se está a la espera de que la autoridad fiscal y judicial competente en aquel país actúe en función de su legislación nacional y de la Comisión Rogatoria Internacional emitida por la Justicia española.


En casi dos meses, la Policía Nacional ha recibido 162 denuncias en distintas provincias, la mayoría de ellas registradas en Madrid, con 75 casos, y Málaga, con 35, seguidas de Zaragoza y Sevilla. Tan sólo un 10% de ellas, es decir, 14 víctimas, hicieron efectivo el pago del supuesto rescate.


En estas llamadas, los falsos secuestradores les exigían de 350 a 5.000 euros por la liberación de un familiar, habiendo obtenido así unos 11.000 euros. Aunque sus objetivos eran elegidos de modo aleatorio y principalmente en ciudades, el perfil de la víctima que sí ha ingresado el rescate solicitado responde al de una persona de avanzada edad y no habituada a relacionarse en redes sociales ni entornos virtuales.

Desconfíe y llame al 091

Desde que el pasado mes de febrero la Policía Nacional alertara sobre este nuevo tipo de estafa y difundiera unas pautas de prevención, el número de denuncias ha descendido notablemente. A pesar de esta considerable reducción de casos y de la identificación de los responsables de la trama chilena, hay que tener presente que estas llamadas pueden seguir produciéndose hasta que no se cierre el proceso judicial abierto en Chile. 


También hay que considerar la posibilidad de que otras personas relacionadas con la trama pueden continuar con esta modalidad delictiva con fines lucrativos. Por ello los especialistas en secuestros y extorsiones de la Policía Nacional insisten: desconfíe de este tipo de llamadas y contacte de inmediato con la Policía Nacional -a través del 091 o en cualquier comisaría- si recibe una de estas comunicaciones desde un número privado o desconocido.

¿Como actúan estos estafadores?

Su 'modus operandi' consiste en efectuar llamadas indiscriminadas, tanto a teléfonos fijos como a móviles y en el momento en que estas descuelgan les comunican que su familiar está secuestrado. El desconocimiento previo de las víctimas potenciales ha propiciado, en ocasiones, equivocaciones de género o que el receptor no tuviera hijos/as. Por este motivo empezaron a utilizar una expresión más general como “tenemos a un familiar suyo secuestrado”. A continuación, comienza la presión, afirmando que si quieren volver a ver con vida a su pariente tienen que pagar una determinada cantidad de dinero, acompañando la petición con expresiones como: “para evitar torturas” o “¿cuánto valoras cada dedo de tu hijo/a?".


Para darle más credibilidad a la amenazas, los delincuentes, con marcado acento sudamericano, además de identificarse como miembros de bandas criminales, llegan incluso a imitar la voz de los presuntos familiares secuestrados, imitaciones que duran apenas segundos para evitar que la víctimas, inmersas en un gran nerviosismo por las amenazas recibidas, descubran el engaño. "Por favor ayudarme me acaban de atracar unos tíos, hable con ellos, quieren dinero", relata con preocupación uno de los secuestradores imitando al hijo secuestrado


También recurren a efectos sonoros que despertasen terror en los interlocutores y les atenace. De esta forma conducen a sus víctimas a un bloqueo que les impide comprobar la veracidad de la amenaza y la localización de los supuestos rehenes, a no realizar preguntas para las que los secuestradores no tienen respuestas, a no avisar a la Policía y a pagar cuanto antes.

La prioridad: el pago rápido

El modo de pago elegido por los delincuentes para que sus víctimas les envíen el dinero es mayoritariamente por medio de depósitos y remisiones a través de compañías internacionales dedicadas a tal actividad. Ocasionalmente también utilizan la transferencia bancaria. 


Los autores de este tipo de estafas prolongan la llamada durante bastante tiempo con dos objetivos: por un lado evitar que la víctima pueda corroborar la veracidad de la información y por otro conseguir que realice un pago rápido. Para obtener el dinero de la forma más rápida posible el estafador va dando instrucciones a la víctima para que transfiera el dinero o lo haga llegar a través de empresas de envío de dinero.