Condenan a un corredor de seguros a entregar su despacho a un cliente al que engañó

El denunciante le dio 60.000 euros para que hiciera una inversión, pero ni los invirtió ni le devolvió nunca el dinero

La Audiencia Provincial acaba de condenar a un corredor de seguros zaragozano a desalojar las oficinas que ocupa en la plaza del Pilar para entregárselas a un cliente al que engañó apropiándose de los 60.000 que le había confiado para hacer una inversión. El acusado, Jesús Ignacio Joaquín Sanz Abad, ha sido también condenados por un delito de usurpación de bienes inmuebles y otro de coacciones, por los que deberá abonar sendas multas de 600 y 1.800 euros. Por los mismos delitos deberá responder el hijo del agente, Íñigo SanzElizegui, con el que comparte despacho profesional. Sin embargo, el importe de las multas impuestas a este último es inferior y asciende a un total de 1.920 euros.


Los hechos enjuiciados se remontan al año 2012, cuando el corredor de seguros propuso al denunciante –que era marido de una prima– hacer una inversión en seguros de vida y supervivencia. Le garantizó que podría recuperar todo el dinero invertido, más los correspondientes intereses, en el plazo de un año. Sin embargo, cuando el hombre acudió al despacho profesional de su pariente político para recuperar su capital, este le reconoció que las operaciones no se habían realizado.


Según explica el tribunal en su sentencia, con intención de intentar solucionar la situación creada, el acusado propuso al cliente cancelar la deuda pendiente mediante la entrega de un inmueble de su propiedad.En concreto, del piso que utilizaba como oficina en la plaza del Pilar de Zaragoza. Al ver que no iba a recuperar los 60.000 euros que le había dado al agente de seguros y consciente de que otro juzgado le estaba embargando bienes por un delito de estafa, el denunciante aceptó el trato. De hecho, el 20 de diciembre de 2013 se formalizó la operación de compraventa del inmueble ante notario. En aquella misma reunión, el acusado dio un juego de llaves al nuevo propietario, que le concedió un tiempo para que desalojara las oficinas.


Pero, transcurrido el periodo de gracia, el corredor de seguros y su hijo le remitieron un burofax instándole a formalizar un documento por el que les concedía tres años más de ocupación. No conformes con ello, de forma unilateral, ambos decidieron cambiar las cerraduras del citado despacho, impidiendo así al denunciante acceder al mismo.


La Audiencia Provincial ha reconocido ahora que, efectivamente, el piso había cambiado de propiedad. De ahí que, en concepto de responsabilidad civil, se exija su entrega al nuevo dueño.