El TSJA deniega la ruina del edificio del Café Madrid y obliga a hacer obras de conservación

Urbanismo contactará con la propiedad para que inicie los trabajos, valorados en 400.000 euros.

El edificio del Café Madrid, en estado de abandono
El edificio del Café Madrid, en estado de abandono
I.M.

Una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Aragón (TSJA) da la razón al Ayuntamiento de Zaragoza: el edificio del antiguo Café Madrid debe mantenerse en pie, al menos de momento. El inmueble, ubicado en la confluencia entre la avenida de Madrid y el paseo María Agustín de la capital aragonesa, presenta “graves deficiencias” en su estructura y fachada, tal y como dejó claro un informe elaborado por los técnicos de Urbanismo.


De ahí que el Ayuntamiento solicitase a la propiedad (repartida entre el Banco Santander y pequeños propietarios) la puesta en marcha de obras de conservación, inicialmente valoradas en 2,8 millones de euros. Finalmente se estableció que esas obras podían ser sensiblemente menores, suficientes para garantizar la seguridad del inmueble y de los peatones que utilizar la acera circundante.


Estos trabajos fueron valorados en 400.000 euros, y se estudió la posibilidad de llevarlos a cabo mediante ejecución subsidiaria: es decir, el Ayuntamiento las acometería y pasaría después la factura a los propietarios. Mientras tanto, los propietarios insistieron en la declaración de ruina del edificio, un extremo rechazado por el TSJA.


Por ello, fuentes de Urbanismo confirman que próximamente se pondrán en contacto con los propietarios para requerir la ejecución de los citados trabajos de conservación “para garantizar la seguridad” de esta céntrica zona de la ciudad. Hay que recordar que se trata de un bien protegido por el Plan General de Ordenación Urbana.


Estos días se están llevando a cabo labores de desescombro del interior del antiguo Café Madrid, lo que ha obligado a cortar un carril en la avenida de Madrid.

Años de pulso y deterioro

El edificio en cuestión sufre desde hace años los achaques del abandono y el deterioro. Tras varios cambios, el actual propietario mayoritario es el Banco Santander, al que se suman otros más 'pequeños', como el restaurante Casa Emilio -uno de los contrarios al derribo del edificio- o el Grupo Artal. Los intereses de la entidad bancaria no siempre han sido los mismos que los del resto de dueños, por lo que el futuro del inmueble nunca ha estado del todo claro.


Desde el Ayuntamiento se ha intentado, hasta ahora sin éxito, la ejecución de mejoras en el edificio, en especial en la fachada y la cubierta, donde se registraron desprendimientos que ponían en riesgo la integridad de los peatones. Las mallas protectoras acumulaban cascotes peligrosos, en especial en los días de más viento.


De ahí que el informe de Urbanismo señalara que “procede requerir con carácter de inmediato a la propiedad que se adopte con carácter de urgencia cuantas medidas de seguridad se consideren oportunas a fin de garantizar la seguridad estructural de la fachada”.


El edificio se construyó en 1889 y es un valioso ejemplo la arquitectura del siglo XIX. Pero sus mejores año ya pasaron y el cierre del Café Madrid en 1997 agravó su situación de abandono. Se procedió a apuntalar el inmueble y a colocar la citada malla protectora, pero poco más se ha avanzado. Incluso los vecinos critican la presencia de ratas y otro tipo de animales que en ocasiones salen a la calle. También ha sufrido inundaciones, incendios e intrusiones de personas ajenas a la propiedad.