Toneladas de solidaridad a bordo de un Seat Ibiza rojo

Antonio Maestro peina los pueblos de las Comarcas del Aranda, Valdejalón, Cariñena o Catalayud recogiendo tapones de plástico para niños con ‘enfermedades raras’.

Antonio Maestro, con su furgoneta
Toneladas de solidaridad a bordo de un Seat Ibiza rojo
Javier Bieste

Al inicio del verano del 2011, los padres de Aitana, en Tarazona, rompían el hielo con una campaña masiva de recogida de tapones de plástico para poder financiar las operaciones de su hija. Tenía una enfermedad que le afectaba a los pulmones y al corazón. En Bilbao, la historia de Íker, un niño que hacía lo mismo para financiar un costosísimo aparato vital, les inspiró para seguir su ejemplo. Y la iniciativa se propagó por la redes como un tsunami. Poco a poco, los puntos de recogida se multiplicaron y la solidaridad ciudadana permitió operar a Aitana hasta tres veces en EEUU.


Tres años después, el reciclaje de tapones de plástico se ha convertido en una acción casi cotidiana en buena parte de Aragón. “Pero nunca son suficientes. Los ayuntamientos deberían implicarse más con causas como esta y colaborar, porque no les supone ningún esfuerzo”, critica Antonio Maestro, un vecino de Morata de Jalón que desde hace meses recorre con su Seat Ibiza los pueblos de las Comarcas del Aranda, Calatayud, Cariñena y Valdejalón en busca de tapones.


Tiene 68, está jubilado y es concejal del grupo IU en el Ayuntamiento de Morata de Jalón. Durante los últimos meses ha conseguido recopilar varias toneladas de solidaridad para ayudar a pequeños como Aarón, de Alfamén; Andoni de Calatayud o Dani, en Zaragoza. Además, recoge gafas para la campaña Ilumina África, a donde ya envió 1.200 pares el año pasado y, para este, guarda otros 2.500 que entregará a la ONG experta en ayuda humanitaria Movimiento por la Paz, el Desarme y la Libertad (MPDL). También recoge latas y móviles en desuso. Aunque asegura que “al colaborar no se piensa a quién va dirigida la ayuda de una manera especial, se colabora y se sigue", su solidaridad se centra actualmente en la recogida de tapones para ayudar a pequeños aragoneses con enfermedades raras. “Cada día son más las familias que necesitan ayuda”, apunta recién llegado de Illueca, donde ha recogido tres sacos de tapones con más de 30 kilos cada uno.


“Dos o tres veces por mes recorro los pueblos para recoger el material que me dan en las tiendas y los propios particulares. Poco a poco la gente va tomando conciencia”, cuenta Maestro, quien empezó coleccionando sellos para enviarlos a los misioneros de Japón cuando solo era un niño. Después, guarda todo en su almacén y contacta con la familia que necesita la ayuda. “Ellos se ponen en contacto conmigo, vienen a buscar el material y se lo llevan a empresas dedicadas al reciclaje que les pagan por toneladas. Cada familia se preocupa de sacar el máximo beneficio”, explica. “Cuantas más toneladas, más dinero pueden sacar para invertirlo en lo que necesiten: baños adaptados, sillas especiales, coches para llevarlos… Estas familias necesitan una gran inversión y toda ayuda es poca”, asegura este solidario vecino de Morata de Jalón.


“Hace tiempo que tomé una decisión: en vez de tratar de concienciar sobre el problema, que es una perdida de tiempo, hago todo lo posible y no me preocupo más. Si tengo confianza y quieren colaborar, les cuento que recojo y paso a buscarlo más tarde”, sentencia Maestro. Y es que uno de los principales problemas que encentra en su recogida de tapones es “la falta de conciencia por parte de las instituciones”. Asegura que muy pocos ayuntamientos colaboran con él, a excepción de alguno como el de Brea de Aragón. “Los demás, no toman conciencia real de lo que significa todo esto. No se dan cuenta que estamos hablando de toneladas que no van a la basura Y que más tarde tendrán que pagar para retirarlas”, critica este vecino que también ha valorado la posibilidad de hacer una asociación comarcal que trate el tema de la solidaridad de una forma más efectiva.

Una grúa para Daniel


En los últimos semanas, Maestro ha colaborado con Daniel, un niño de diez años, residente en Zaragoza que padece una alteración mitocondrial de la que se sabe muy poco. En su caso no se trata de conseguir fondos para sufragar los gastos de una operación, sino de colaborar en la compra de una grúa para poder asistirle en el cuarto de baño. “Y casi hemos cumplido el reto”, asegura Maestro. Como él, vecinos y familias de Moros, La Muela, Alagón, Muel o Fuentes de Ebro, entre otras muchas localidades, han colaborado en la recogida de tapones para Daniel. Y ya van 42.069 kilos que siguen sumando.