La Policía cree que la madre mató a sus dos bebés al practicarles un ritual bereber

La juez envía a la mujer a prisión, aunque ella negó los hechos. "No creo en eso", declaró en el juzgado.

La Policía Nacional considera que la madre acusada de matar a dos de sus hijas y de intentarlo con una tercera, les practicó un ritual africano de origen bereber basado en la superstición de que el demonio se apodera de los niños entrando por la boca antes de que les salgan los dientes. Esa práctica consiste en cerrarles los labios constantemente, lo que provoca lloros continuos y un debilitamiento progresivo de los pulmones que puede causar la muerte.


La investigación policial se sostiene, entre otras líneas, en una entrevista de una mediadora cultural con la madre, el padre y su familia, todos de origen marroquí, sobre esta creencia y en la autopsia realizada en el Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA) a la hija que murió el pasado 21 de noviembre. La fiscal preguntó ayer a la madre si ella creía en el Ejkrm, el nombre del demonio, y ella lo negó. "No creo en eso", declaró en el juzgado de guardia. El Ejkrm es un espíritu maligno que según la cultura bereber intenta entrar por la boca de los bebés mientras no tienen dientes con los que defenderse y por eso suelen taparles la boca.


La madre, I. B., de 27 años, negó los hechos en los 45 minutos que estuvo declarando ante la titular del Juzgado de Instrucción 3 de Zaragoza auxiliada por un intérprete. La juez decretó su ingreso en la prisión de Zuera sin fianza.


Está acusada del asesinato de dos de sus hijas de tres meses -una en julio de 2011 y otra el 21 de noviembre de 2014- y de la tentativa de asesinato de otra niña que nació en febrero de 2013 y está ahora bajo custodia de la DGA.


Aunque la última muerte confirmó las sospechas, la Policía iba detrás del caso desde 2013. Al poco de nacer la segunda hija, que ahora tiene veinte meses, ya solicitó a la juez instructora que se pudieran grabar imágenes en el hospital donde la madre dio a luz. "Ese bebé ha podido sobrevivir porque se lo quitaron los de Protección de Menores", señalaron ayer fuentes próximas al caso.


Asimismo, la fallecida el pasado 21 de noviembre ya había sido trasladada por su madre a un centro de atención primaria dos semanas antes de morir. Fue encontrada inconsciente por la abuela paterna, que residía temporalmente en el piso familiar debido a que a la niña ya le había sucedido otro episodio similar el 16 de octubre. En esa fecha, la menor tuvo que ser ingresada en el hospital, donde permaneció dos semanas, debido a que, tras la toma de pecho de la madre, "el bebé palidecía y tomaba un color azulado", según fuentes policiales.


En los tres casos, las niñas, cuando contaban con pocos meses de vida, presentaban episodios de hipotonía, cianosis peribucal, mala coloración generalizada, vómito y emisión de una ligera cantidad de sangre por la boca. Los agentes también pudieron comprobar que, en los dos primeros sucesos, las menores estaban acompañadas únicamente por la madre, y que, tras la primera muerte, los progenitores se negaron a que le fuera practicada la autopsia al cadáver.


La magistrada levantó el secreto del sumario. Encargó nuevas pruebas periciales y está a la espera de que se remitan al juzgado distintos informes, entre ellos los solicitados al Instituto Médico Forense, con el informe detallado sobre el mecanismo de la asfixia como causa de la muerte.

No se descarta que la juez ordene la exhumación de la primera niña que murió a los tres meses, porque solo se le pudo realizar una autopsia clínica, según informaron fuentes próximas al caso.


Estas investigaciones del último suceso permitieron relacionar este hecho con la muerte, en julio de 2011, de la primera de las hijas, sobre la que ya existieron dudas de cómo se produjo su fallecimiento, y con la tentativa de asesinato de la segunda, en marzo de 2013.


Ahora, la custodia de esta niña ha sido retirada otra vez a su familia por el Servicio de Menores de la DGA.