Admite que intentó asesinar a su vecino y acepta siete años y medio de prisión

La víctima, un policía local fuera de servicio, recibió una cuchillada cerca del corazón

El acusado, escoltado por dos policías nacionales, durante el juicio celebrado ayer.
Admite que intentó asesinar a su vecino y acepta siete años y medio de prisión
OLIVER DUCH

La Audiencia Provincial de Zaragoza despachó ayer en apenas media hora un juicio por tentativa de asesinato que estaba previsto que durara dos días. Aunque había citados numerosos testigos y peritos, los únicos que prestaron declaración ante el tribunal fueron los tres policías locales que el 14 de noviembre de 2012 arrestaron a Luis Julián Albero Espes. Y no fue necesario interrogar a nadie más porque el acusado reconoció que aquella tarde salió armado con un cuchillo de cocina al portal con intención de acabar con la vida de su vecino, de profesión guardia municipal.


Lo único que negó el procesado fue que ofreciera una gran resistencia o agrediera a los agentes que lo detuvieron. De ahí que fuera preciso recoger el testimonio de estos funcionarios, que como ya habían declarado en el juzgado, aseguraron que el acusado reaccionó de forma tan violenta que todos cayeron al suelo. Recordaron también que dada su agresividad, fue necesario inmovilizarlo poniéndole grilletes tanto en las muñecas como en los tobillos.


La Fiscalía pedía inicialmente ocho años de cárcel para el agresor y la acusación particular, ejercida por la letrada Carmen Cifuentes en nombre de la víctima, diez. Sin embargo, al reconocer Luis Julián Albero los hechos, ambas acusaciones decidieron rebajar la pena a siete años y medio, que es la mínima que contempla el Código Penal para los asesinatos frustrados. Solicitaron también al tribunal que imponga al acusado la prohibición de acercarse a menos de 200 metros de la víctima durante 16 años. Y como agresor y denunciante son vecinos –ambos viven en los bajos del edificio–, el primero no podrá usar durante todo este tiempo su vivienda.


La defensa, de la que se encarga la abogada Carmen Sánchez, al reconocer su cliente la tentativa de asesinato se conformó con la pena de siete años y medio de cárcel.Sin embargo, pidió para él la absolución por el delito de resistencia, ya que entiende que el acusado no se comportó de forma violenta. "Y si los cuatro agentes que lo detuvieron cayeron al suelo fue porque el portal era estrecho y había un escalón, como ellos mismos han reconocido", apostilló.


Respecto a la responsabilidad civil, la Fiscalía y la acusación particular reclaman cantidades muy similares: 23.400 euros la primera y 24.083 la última.


Los hechos se produjeron sobre las 20.15, cuando el policía municipal abandonaba su vivienda en compañía de su pareja para irse a trabajar. Al salir al rellano, el hombre vio que en la puerta de su vecino había un cartel pegado, por lo que se acercó a leerlo. Pero no tuvo tiempo, porque de forma repentina se abrió la puerta y el acusado salió armado con un cuchillo de 18 centímetros de hoja. De forma inopinada y gritando "hijo de puta, te tengo que matar por todo lo que me estás haciendo", el agresor acometió contra la víctima, que pudo evitar el primer envite, pero no el segundo. De hecho, cuando llegaron sus compañeros a socorrerle, lo encontraron apoyado en el capó de un coche sangrando de forma abundante.


Ante los gritos del policía y de su pareja, Luis Julián Albero se refugió de nuevo en su domicilio, donde más tarde fue detenido por la Policía, ofreciendo, eso sí, una gran resistencia. 


Según los forenses que lo reconocieron, el acusado sufre un trastorno de la personalidad con ideación paranoide obsesiva y tiene un coeficiente intelectual normal en el límite bajo. En cualquier caso, entienden que tiene escasamente afectada la conciencia y voluntad, por lo que, dada la poca complejidad de los hechos, "su imputabilidad es plena".


A causa del apuñalamiento, la víctima ingresó en la unidad de cuidados intensivos, estuvo cuatro días hospitalizada y necesitó más de un año para recuperarse, ya que sufrió un cuadro psíquico de tipo ansioso-depresivo.