Nuevas exigencias de Defensa bloquean las obras del sistema antiniebla del aeropuerto

AENA adjudicó los trabajos en agosto, pero el Ministerio pide ahora cambios en el proyecto y nadie aclara cuánto se demorará la ejecución

La plataforma de estacionamiento de aviones del aeropuerto de Zaragoza, vacío, en un típico día de niebla.
Nuevas exigencias de Defensa bloquean las obras del sistema antiniebla del aeropuerto
Aránzazu Navarro

El Ministerio de Defensa ha paralizado la instalación del sistema antiniebla del aeropuerto de Zaragoza con nuevas exigencias que obligan a modificar el proyecto. El ente público Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) adjudicó las obras el pasado mes de agosto, pero ni siquiera han llegado a entrar las máquinas para trabajar porque ahora se deben asumir los cambios reclamados por los mandos militares, de quienes dependen las pistas de aterrizajes en las que se debe intervenir.


Lo peor de todo es que ni siquiera hay una fecha para ajustar el proyecto, que teóricamente ya había pasado el visto bueno de la comisión de coordinación constituida por los ministerios de Fomento y de Defensa. Fuentes oficiales de AENA intentaron restar importancia al bloqueo de las obras del sistema de aterrizaje con nula visibilidad con el argumento de que, en realidad, se están manteniendo "reuniones de coordinación" entre las partes. "No hay ningún problema, es lo que habitualmente se hace para acoplarse a la operativa", señalaron fuentes oficiales de AENA sin poder concretar cuándo comenzarán los trabajos finalmente. "No se sabe cuánto tiempo se tardará", añadieron.


La realidad es muy distinta. La empresa contratada para la dirección de los trabajos solo pudo instalar la caseta antes de que se bloqueara todo, mientras las empresas adjudicatarias de la obra, una UTE formada por la madrileña Etralux y la aragonesa MLN, están a la espera para poder meter las máquinas.


Fuentes aeroportuarias señalaron que el Ministerio de Defensa exige ahora trasladar las instalaciones del sistema antiniebla a la zona militar por motivos de seguridad, ya que podrían ser susceptibles de actos de sabotaje. La maniobra no implica solo cambiar los equipos electrónicos de lugar, ya que afecta a las conducciones.


Los mandos militares también han requerido a AENA en el tipo de balizamiento en la pista de aterrizaje. Por si fuera poco, también solicitan que las canalizaciones eléctricas sean especiales, ya que quiere evitar cualquier daño por culpa de las ratas.


Este bloqueo tendrá una consecuencia directa, la imposibilidad de llegar siquiera al final de la temporada de nieblas de 2015-2016 con el sistema antiniebla operativo para las compañías de carga, por lo que se repetirán los desvíos a aeropuertos cercanos, como Vitoria o Barcelona. 


Las nuevas exigencias han generado más que perplejidad en AENA, ya que la comisión interministerial Defensa-Fomento ya dio su visto bueno a la inversión a mediados de 2013. Es más, la tramitación del nivel avanzado del sistema electrónico de apoyo al aterrizaje (ILS II/III en sus siglas en inglés) del aeropuerto estuvo ya bloqueado cuando dicha comisión rechazó inicialmente el proyecto el 14 de diciembre de 2011. Al tratarse de una inversión que afecta a instalaciones militares, cualquier intervención debe contar con el visto bueno preceptivo y vinculante de Defensa.


Las obras han sufrido continuos retrasos, que en un principio fueron debidos a los recortes presupuestarios del Ministerio de Fomento y que luego se acrecentaron con los requisitos exigidos por Defensa. De haberse cumplido las previsiones iniciales, los aviones ya podrían operar con nula visibilidad desde hace dos años.Un plazo de obras de 15 meses

Las adjudicatarias de las obras se comprometen a ejecutar el equipamiento en 15 meses, el plazo fijado en el concurso. Con la nueva demora, por mucho que corran las empresas será imposible estrenar el sistema para el final del invierno de 2016, como confiaban hasta ahora los responsables de AENA.


Su montaje requerirá ocupar la pista próxima al aeropuerto civil, donde se instalarán centenares de luces de guía -balizas- para que los pilotos puedan verlas en condiciones de nula visibilidad en el momento de tomar tierra, tras haber sido guiados por el ILS en las maniobras de aproximación. Por ello, hará falta un detallado plan de obra para evitar afecciones más allá de las imprescindibles para la explotación del aeropuerto civil.