El mercado de San Vicente de Paúl tiene dos plantas cerradas y la mitad de los puestos vacíos

El inmueble municipal, cuya reforma costó 2,1 millones, ha perdido en un año buena parte de sus detallistas

Actualmente diez de los 22 puestos están cerrados, y otros dos abandonarán próximamente.
El mercado de San Vicente de Paúl tiene dos plantas cerradas y la mitad de los puestos vacíos
Francisco Jiménez

Hace cuatro años y medio, el mercado municipal de San Vicente de Paúl celebró toda una reinauguración. Tras algo más de un año de obras y una inversión de 2,1 millones de euros, los viejos puestos de frutas, verduras, carne, pescado o menuceles lucían nuevos y resplandecientes. Sin embargo, aquel 6 de mayo de 2010 en el que se inauguró la reforma, dos de sus tres plantas (la primera y el sótano) estaban cerradas. La promesa fue que pronto tendrían un uso. 


Casi un lustro después, no solo siguen vacíos estos espacios, sino que también lo están aproximadamente la mitad de los puestos. La crisis económica y los altos precios de los alquileres hacen que algunos detallistas se hayan marchado, y que sea complicado buscar sustitutos. Los compradores, por lo tanto, se topan con una decena de mostradores sin género y la luz apagada, perdiendo aquella imagen radiante que presentó el mercado recién estrenado.


Antes de entrar al mercado ya se aprecia la fuga de comerciantes, porque la panadería y la floristería que flanqueaban la puerta ya no están. Dentro, tres puestos de fruta, uno de carnes y embutidos, una pollería, una pescadería y una tienda de alimentación están vacíos, bien porque no se han ocupado o porque ha habido detallistas que empezaron con un puesto doble y han renunciado a la mitad. Para colmo, hay otros dos puestos que ya han confirmado que se marcharán en las próximas semanas.


El motivo es fundamentalmente económico. José López Pina, portavoz de la asociación de los detallistas del mercado, critica que se les prometió que iba a haber "una locomotora empresarial que iba a tirar del carro", en referencia a los negocios que se iban a instalar en la primera planta y en el sótano. En concreto, se habló de un supermercado de productos no perecederos –como se ha hecho en el mercado de Valdespartera– y de una galería comercial. "No se ha hecho nada", lamenta.Los nuevos proyectos

Frustrados estos planes, Mercazaragoza –que es quien gestiona el mercado por encomienda del Ayuntamiento– tiene desde hace meses nuevos proyectos para estos espacios, aunque de momento no acaban de concretarse. Para la primera planta se ha previsto un mercado agroecológico que se instalaría determinados días, así como actividad hostelera permanente. Además, se añadirían otros usos alternativos, como talleres de cocina, cursos de formación, visitas de colegios y colectivos, catas diversas y actividades de divulgación y degustación de los productos que luego se podrían adquirir en el propio mercado.


Para el sótano se quiere organizar un punto de encuentro de los Productos Denominación de Origen y Calidad diferenciada de Aragón, lo que se espera que sea un foco de atracción para los vecinos de toda la ciudad, pero también para los turistas que llegan a Zaragoza, que podrían adquirir los productos aragoneses de calidad. El objetivo es que con toda esta actividad se acaben beneficiando los detallistas del mercado, ya que la entrada y salida de clientes potenciales aumentaría considerablemente, y con ella la venta en los puestos. El objetivo, en definitiva, es que el mercado ‘amplíe sus fronteras’ y no sirva solo a los vecinos del barrio.El precio de los puestos

Ante la incertidumbre de que estos proyectos vean o no la luz, los detallistas que quedan en el mercado municipal piden soluciones. El mayor problema es que el precio que pagan por el alquiler es "muy superior al que encuentras en alguna de estas calles", apunta José López. Cada detallista paga en torno a los 600 euros por unos 16 metros cuadrados, la mitad de canon y la otra mitad en concepto de gastos de mantenimiento del mercado.


Para aliviar la pesada carga que suponen estos gastos, Mercazaragoza ha hecho dos propuestas al Ayuntamiento, por petición de los detallistas. Una consistiría en aplicar un canon progresivo en las tasas de concesión, para pagar menos durante estos años duros de la crisis y más en la recta final de los contratos, que se firmaron por 24 años. La otra, una moratoria durante estos años de los gastos de mantenimiento. Según informaron fuentes de Mercazaragoza, "los servicios jurídicos municipales están estudiando las propuestas". 


Mientras tanto, se intenta ocupar los puestos vacíos. Los locales han salido a concurso público en tres ocasiones, dos en 2011 y otra en marzo de este año. Sin embargo, muchas plazas siguen libres, por lo que Mercazaragoza ha cambiado el sistema, y ahora cualquier interesado en ocuparlo puede presentar su solicitud. Tras una valoración, se le puede adjudicar directamente.