Nueva ayuda económica que frenará el deterioro del hospital de Torrelapaja

El patio de la casa hospital de San Millán tiene un gran valor artístico.
Nueva ayuda económica que frenará el deterioro del hospital de Torrelapaja
Jorge Miret

Ya en 2001, cuando fue declarado como Bien de Interés Cultural, su estado era deficiente, y el paso de los años ha continuado haciendo mella en la casa hospital de San Millán de Torrelapaja. Por eso, era urgente una intervención para frenar el deterioro de esta construcción renacentista. Se han hecho varias actuaciones y ahora, una nueva inyección económica, permitirá frenar el deterioro de este edificio.


Las dos fases de obras que ya se han ejecutado se han centrado en las cubiertas, que estaban en muy mal estado. En 2013 se invirtieron 40.000 euros, otros 50.000 este año y "todavía falta más, para dejar el edificio consolidado", explicó José Antonio Sanmiguel, vicepresidente primero de la DPZ, institución que ha financiado estos trabajos. El aragonesista aseguró que habrá otra ayuda de 50.000 euros. 


Todavía no se ha llegado a cuantificar la inversión que habría de hacerse para devolverle el esplendor a este edificio: "No está todavía la memoria técnica por parte de los arquitectos, pero a ver si a principios de 2015 podemos dejar totalmente terminada la cubierta y consolidado el edificio". 


El Ayuntamiento de Torrelapaja ha recibido las subvenciones de la DPZ y se ha encargado de adjudicar las obras con el objetivo de mantenerlo, ya que ahora resulta complicado pensar en un proyecto que le dé una nueva función. 

Hace casi una década se valoraba poder transformarlo en una hospedería o albergue. Su localización en el primer municipio de Aragón, en la comarca de Calatayud, viniendo de Castilla y León, lo hacen también idóneo como punto de recepción de visitantes y de información de turística. 


"Por ahora el único objetivo que se persigue es el de conservarlo y mantenerlo vivo porque son momentos difíciles para pensar en grandes inversiones", dijo Sanmiguel. Este considera que por las dimensiones del inmueble y por su antigüedad, las actuaciones para hacer una rehabilitación total superarían los tres millones de euros. 


En 1984 este conjunto de tres plantas fue declarado Monumento Histórico Artístico y pasó después a ser Bien de Interés Cultural. Toda la edificación se estructura alrededor de un patio central cuadrado en torno al que se distribuyen las distintas estancias que a lo largo de la historia han tenido varios usos, y que en origen fueron dependencias para los peregrinos que allí iban a venerar las reliquias de San Millán, guardadas en la iglesia que hay justo enfrente. 


José Luis Cortés, historiador y gran conocedor del patrimonio de la Comunidad de Calatayud, resaltaba la singularidad de este inmueble: "Encierra una historia muy interesante, que aunque pasa desapercibida, tiene raigambre tremenda". Sobrio en su exterior, llama la atención la puerta de entrada, donde se mantiene clavada una garra de oso que pudo quedar como trofeo o símbolo de protección. En su interior es de gran valor el enorme patio, "el más bonito que hay en toda la comarca", para Cortés.