La titular del Juzgado de Instrucción número 10 de Zaragoza, María José Bello, ordenó ayer el ingreso en la unidad de Psiquiatría del Miguel Servet de Juan Carlos U. P., un vecino de Brea de Aragón que en la mañana del pasado jueves se presentó en una sucursal bancaria de la localidad zaragozana de Pastriz y roció con gasolina a uno de sus empleados. Posteriormente le arrojó una cerilla que, afortunadamente, no prendió. La llegada de clientes fue fundamental para que no culminara su criminal acción e inmediatamente después fue detenido por la Guardia Civil, que lo trasladó a sus dependencias para tomarle declaración. 

Ante su abogada, Cristina Remón, el individuo reconoció los hechos y contó que había comprado el combustible en una gasolinera próxima a la mencionada localidad, según informó ayer el Periódico de Aragón. En un intento de justificar su actitud, se quejó de que un seguro que tenía contratado desde hacía años no le había dado la cobertura que, en su opinión, debería de haber tenido. Al parecer, la gestión se la hizo en su día el empleado de la sucursal y el jueves fue a su puesto de trabajo dispuesto a quitarle la vida. 

Así lo admitió ante los agentes de la Benemérita aunque ayer, delante de la magistrada en funciones de guardia, manifestó que solo quería "asustarlo". Tras ser examinado por el médico forense y determinar que puede padecer alteraciones mentales, la juez lo puso en libertad aunque ordenó a la Guardia Civil que lo llevara al servicio de Psiquiatría y quedara ingresado hasta que los médicos digan si puede reintegrarse sin peligro en la sociedad. De momento, la juez le ha impuesto una medida de alejamiento de dos kilómetros de la sucursal bancaria de Pastriz.