En busca y captura de un hogar para el nuevo curso

Una mayor libertad y, sobre todo, el ahorro económico: los dos alicientes de vivir en un piso compartido. 

Varios estudiantes buscan piso en Zaragoza
En busca y captura de un hogar para el nuevo curso

Comienza la cuenta atrás y en tan solo unos días las aulas y las ciudades universitarias volverán a llenarse de vida. Mientras tanto, son muchos los que todavía no han cerrado algunos detalles de última hora como matriculas, actividades extra, materiales o una residencia para este nuevo curso.


La crisis económica y la disminución de los precios de los alquileres –más de un 30% con respecto a 2008-  hacen que, cada vez más, los estudiantes se decanten por la opción del piso compartido o una habitación. Están los más tradicionales, que se pasean por los tablones de anuncios de los campus en busca de una ganga, y los que se decantan por internet


Sea cual sea la modalidad de rastreo, las características no varían: comodidad, buen precio, buena localización, limpieza, calefacción o comunidad incluída son algunas de las solicitudes más recurrentes de aquellos que buscan casa; frente a la responsabilidad y seriedad que exigen los arrendatarios: "Ofrezco una habitación en las Fuentes para una Erasmus porque mi compañera se va todo el año fuera", explica Luz. Por 200 euros al mes, se incluyen calefacción, ascensor y gastos de comunidad. En su casa tan solo hay una regla: "Nada de fiestas".  


Como le ocurre a esta joven colombiana, la mayoría de ofertantes busca "una ayudilla al mes". María José, por ejemplo, ofrece un piso amueblado de tres habitaciones por unos 350 euros al mes. "La casa era de mi madre, ahora hemos decicido alquilarla como una ayuda extra", explica la zaragozana. 


Como ellos, otras 350 personas han colgado sus anuncios en la web del CIPAJ, donde se unen a aquellos que andan en busca y captura de un hogar para el nuevo curso. Uno de ellos es Lucas, estudiante de ADE y vecino de Panticosa, que tras vivir en una residencia ha decidido probar con un piso compartido. "Para el primer año está bien porque no conoces a nadie. El problema es que dependes de horarios y normas a los que no siempre puedes adaptarte", explica el joven de 19 años, que todavía sigue buscando. 


A la hora de decidirse entre un piso o una residencia, el dinero también juega un papel muy importante: "Como padres es más cómoda la residencia porque te da más seguridad y te quedas más tranquila. Pero pagábamos 500 euros al mes y algunos días no podía acudir al comedor por incompatibilidad horaria. Por nosotros habría seguido, pero ni siquiera estaba contento con la atención", explica Inma, madre de Lucas, que entre unas cosas y otras calcula que el gasto mensual del próximo año rondará los 350 euros. "Sale a cuenta", concluye. 


Otros han tenido más suerte, como María, vecina de Tudela, a la que le ha llevado dos meses encontrar su sitio ideal: "Tengo perro y eso dificulta bastante las cosas", explica la estudiante de tercero de económicas. "Me decidí por el piso desde el principio porque las residencias son casi para millonarios", añade. 


Un estudio de el portal inmobiliario Idealista.com desvelaba que Huesca y Teruel son las dos provincias españolas en la que más se regatea el precio del alquiler. En concreto, en en territorio oscense se piden descuentos de hasta el 18,9% y en el turolense del 18,7% frente al 15% de media nacional. Si atendemos a la clasificación por ciudades, Zaragoza es la segunda en la que se registran ofertas más agresivas. Además, según su Informe anual del piso compartido, el interés por compartir piso ha aumentado en España un 44% en el último año, donde el alquiler medio ronda los 280 euros al mes, un 2% menos que en 2013.  


Las residencias, de capa caída


Mientras tanto, las residencias continúan perdiendo adeptos, sobre todo las privadas. Este año, tan solo la mitad han conseguido colgar el cartel de completo: “Recibimos un 50% de solicitudes menos que en 2008. En julio ofrecimos 147 plazas y recibimos 375 solicitudes en los dos centros. Continuamos llenando pero cada vez se interesan menos”, explica José Luis Múzquiz, director de los Colegios Mayores Pedro Cerbuna y Santa Isabel, gestionados por la Universidad de Zaragoza.


Precisamente el Cerbuna, que cuenta con 261 plazas, es el Colegio Mayor público más caro –605 euros al mes la pensión completa-. En el Santa Isabel, este año han aumentado las solicitudes en torno a un 7%. “Creemos que es por el precio. Son 320 euros solo con alojamiento. Allí tienen cocina y muchos se traen comida de su casa”


Son los centros privados los que han notado más la crisis: en total, entre los siete que hay en Zaragoza, que ofrecen más de 600 plazas. De ellos, tres son femeninos -Azaila, La Anunciata y Peñalba-, tres mixtos –Josefa Segovia, Virgen del Carmen y Cardenal Xavierre-, y tan solo uno es masculino –el Miraflores-. La oferta la completan la Residencia Universitaria Goya de Zaragoza, el Ramón Acín en Huesca y el Pablo Serrano en Teruel. 


En opinión de Múzquiz, competir con los alquileres actuales es muy complicado: “Por 120 o 150 euros puedes compartir piso en Zaragoza, y luchar contra eso es muy difícil, aunque, al final entre comida y gastos no puede salir muy diferente”. 



En Anuncios Heraldo hay una oferta de más de 14.000 inmuebles en régimen de venta o alquiler en Aragón.