Biota brinda por cinco días de emoción
Los vecinos acudieron en masa a la plaza para escuchar el pregón que dio paso a la comparsa de gigantes y los dulzaineros
Brindando por el orgullo de ser biotanos, por la alegría de estar juntos y por formar parte de la tradición de una villa milenaria. Así comenzaron ayer las fiestas que Biota celebra hasta el domingo en honor de San Miguel Arcángel. Y con una plaza rebosante de vecinos que desde el mediodía acompañaron a la comparsa de gigantes y al grupo de dulzaineros A Birolla.
Antes del chupinazo pasaron por el balcón del ayuntamiento los nuevos biotanos que se sumaron a la fiesta después de que los integrantes de la corporación municipal les impusieran el pañuelo azul con su nombre. Son once niños, algunos hijos o nietos de biotanos que viven fuera o hijos de familias que residen en esta población cincovillesa. Es el caso de Carlos Monsegur, que acudió a recibir el pañuelo con su hija Candela.
La invitación a la fiesta sonó rotunda en la voz del pregonero, Fernando Ezquerra. Este profesor, historiador y escritor es "el mejor conocedor del románico de Biota, lleva a este pueblo en el corazón y lo demuestra allá por donde va", como le presentó la concejal Silvia Rueda, responsable de la Comisión de Festejos junto a Ángel Palacio.
Ezquerra es autor, entre otras publicaciones de la novela Los traductores del Arba, localizada en Biota y que refleja una parte dela historia local. Además es un experto en la iconografía del románico de esta población. Dedicó su pregón a definir a los biotanos. Precisó que para ser un buen biotano "hay que saber dónde está el pocico del hielo, los palomares o el cementerio, porque solo nosotros hemos jugado al fútbol, al marro y al olivero en el cementerio mientras nos comemos una macerada, una mallorca o una torta de alma". Aseguró que ellos están dispuestos a afrontar todas las dificultades de la vida después de "subir y bajar de cara al cierzo por la Cuesta Baja o la carretera de la Venta". Y no olvidó alabar el espíritu emprendedor del pueblo que "defendió la frontera navarroaragonesa, que apostó por comprar el Monte Saso al vizconde y que ha transformado una parte del territorio en el regadío más modernizado de Europa".