Fue uno de los primeros polideportivos que se construyó en la provincia de Zaragoza, pero desde entonces, hace 35 años, apenas se había invertido ni un euro en él. Por eso, su estado, ya muy obsoleto, ha obligado a hacer una reforma integral de estas instalaciones municipales de Borja. Los trabajos comenzaron hace dos meses y en total se espera destinar unos 600.000 euros a estas obras –los primeros 300.000 euros han sido financiados ya gracias a una subvención de la Diputación Provincial de Zaragoza–. 

El concejal de Deportes del Ayuntamiento de Borja, Víctor Urzay (PP), explicó ayer que estaba previsto que los trabajos concluyeran el próximo mes de octubre, aunque las tormentas del pasado junio –apenas unos días después de que se desmontara el antiguo tejado de chapas– provocaron un retraso de al menos veinte días en las obras. El plazo de ejecución inicial era de unos tres meses. 

«Si nos llega la subvención para la segunda fase cuando concluyamos la primera, la apertura se retrasaría aún más para poder continuar con la obra», comentó el edil borjano. Eso obligaría a trasladar las actividades del polideportivo a otros espacios, más limitados en espacio, como las dos salas polivalentes del complejo deportivo municipal. 

Los primeros 300.000 euros llegaron gracias un parte al Plan de Infraestructuras Locales de la DPZ y otra al mismo plan complementario. La institución provincial se ha comprometido, según concretó el concejal de Deportes, a aportar los otros 300.000 euros para concluir la reforma interior.

Si las obras que se están llevando a cabo servirán para mejorar el aislamiento del edificio, la cubierta y las fachadas, la segunda fase de los trabajos permitirá arreglar el interior: vestuarios, gradas, pistas, cafetería... También se mejorarán los accesos y se construirá una terraza que permita dar más luz natural a las instalaciones.

Los trabajos fueron adjudicados a una empresa local, Talleres Diago. El polideportivo tiene unos 1.000 metros cuadrados de superficie y una capacidad para unas 450 personas. «En cuanto a dimensiones, el pabellón estaba bien, pero el problema que tenía es que estaba obsoleto porque tiene 35 años y apenas se había hecho ninguna inversión en las instalaciones en todo este tiempo», añadió Urzay. 

En un principio, el equipo de gobierno se planteó construir un edificio nuevo que permitiera juntar las instalaciones deportivas, pero la dificultad para conseguir los terrenos, así como la inversión, ya que un edificio nuevo era más costoso, hicieron que finalmente se optara por mantener el mismo, aunque haciéndole un lavado de cara total tanto del exterior como del interior. Mejoras en el santuario

El concejal destacó también la reforma llevada a cabo por el área de Deportes del Ayuntamiento borjano del entorno del santuario de la Misericordia. «Los vecinos llevaban mucho tiempo solicitando que se mejorara el estado en el que se encontraban las canastas y porterías de las pistas deportivas de esa zona y, por fin, se ha llevado a cabo», comentó Víctor Urzay. Los trabajos han supuesto unos 800 euros financiados por las arcas municipales y que también ha ejecutado la misma empresa local.