Vecinos y comerciantes denuncian el ruido de los buses en los intercambiadores

Piden que en esas áreas del Actur y de la plaza Emperador Carlos V apaguen los motores

Un autocar del Consorcio de Transportes, estacionado en la parada de Emperador Carlos V.
Vecinos y comerciantes denuncian el ruido de los buses en los intercambiadores
Asier Alcorta

El cúmulo de sonidos urbanos, todos juntos y revueltos, acaban provocando el inevitable ruido. Pero hay algunos ruidos que se podrían ahorrar. Los vecinos de la plaza del Emperador Carlos V y los de la avenida de María Zambrano se quejan de que los conductores de autobús –en ambas calles hay intercambiadores– se dejan con frecuencia los motores de sus vehículos en marcha hasta 30 minutos cuando están estacionados, lo cual genera ruido y gases de los tubos de escape. En el caso de la plaza junto a la Cámara de Comercio, se trata de los buses de las líneas 53 (de Urbanos de Zaragoza), y 410 y 411 (del Consorcio de Transportes). En María Zambrano se encuentra la terminal de la línea 42, y también hacen parada los autocares interurbanos que llegan desde Huesca.


«Hemos presentado reclamaciones más de una vez a las empresas a título individual –cuenta María Jesús, vecina del número 2 de Emperador Carlos V–. Lo peor es cuando se forman largas colas de gente en la parada esperando para entrar al autobús y el conductor está dentro y no les abre. Durante el tiempo que está ahí parado podría hacer más viajes y dar un servicio más eficaz. En invierno, con el frío, los pasajeros se ven obligados a refugiarse en nuestro portal antes de poder subir al autocar». María Jesús vive en un entresuelo (un primer piso) y asegura que el ruido de los motores se hace especialmente molesto por las mañanas y las noches de verano. «Durante el día mantenemos las ventanas cerradas para que no entre el calor, pero por las mañanas, a las seis, ya tenemos a los autobuses con el motor en marcha durante media hora cada uno. Ocurre lo mismo entre las 22.00 y 23.30».


Además de la contaminación acústica, mantener en marcha un motor de autobús entre 20 y 30 minutos genera considerable contaminación medioambiental y un gran consumo de combustible. La queja ya viene siendo recurrente por parte de la asociación vecinal de Emperador Carlos V. «Llevamos entre cinco y seis años con este tema del ruido», comenta el presidente de la entidad de residentes de la zona, Aurelio Acero. Hasta el 2011 la línea 35 también hacía parada final en la plaza, pero desde entonces se considera un poste más, y ahora lo hace en Violante de Hungría. «No sabemos con certeza si ese cambio de parada se hizo por la gran cantidad de quejas que remitimos a la entonces Tuzsa, pero lo que es seguro es que tenían constancia de ese problema».No más de tres minutos

Mencionar el final de línea del 42 en María Zambrano también hace que sus vecinos pongan mala cara. «He llegado a contar hasta cuatro autobuses estacionados en esa parada y siempre hay uno mínimo, si no más, con el motor en marcha», cuenta Rosa Laborda, vecina cuyas ventanas dan justo a la terminal. «La norma dicta que los conductores no pueden estar más de tres minutos con el vehículo arrancado, pero he llegado a cronometrar a uno hasta 17».


Rosa acumula numerosas quejas remitidas a la empresa de los autobuses urbanos, «pero nos dan largas y tiene siempre excusas para cada caso. He llegado a llamar al teléfono de atención al cliente en el preciso momento cuando está el autobús abajo, pero no hay manera».


Los vecinos y las asociaciones piden básicamente lo mismo: que se cumpla la norma. La asociación de Emperador Carlos V propone además que se le dé mayor uso a la plaza de Eduardo Ibarra, la cual consideran, en su estado actual, «infrautilizada».


Este diario intentó ponerse en contacto sin éxito con el servicio de prensa de Urbanos de Zaragoza, mientras que el Consorcio de Transportes solo dispone de una línea de teléfono para la consulta de horarios e itinerarios.