Los zaragozanos aprenden a hacer pajaritas, grullas y corazones de papel

La Escuela Museo del Origami ha realizado un taller gratuito para celebrar el día de este arte.

Decenas de personas han aprendido a hacer figuras de papel
Los zaragozanos aprenden a hacer pajaritas, grullas y corazones de papel
S.A.C.

Papel y un poco de maña. Es todo lo que se necesita para iniciarse en el arte del origami, que los miembros del Grupo Zaragozano de Papiroflexia han acercado este miércoles a los que pasaban por la plaza del Pilar. Aunque la primera en unirse a este Día Mundial del Origami ha sido la Virgen del Pilar, que este miércoles luce un manto elaborado con más de 1.500 pajaritas de papel.


A las 10.00 ha comenzado el taller de origami, junto a la escultura de la Pajarita. Pajaritas, grullas, aviones, corazones, labios... Multitud de figuras han salido de las manos de los expertos, que han enseñado a hacer figuras a niños y mayores.


Entre los primeros se encontraba Jorge, muy concentrado en elaborar un avión. Su madre, Belén se mostraba encantada de pasar la mañana con este entretenimiento. "Les viene muy bien para la psicomotricidad, pero yo soy una negada y mejor que les enseñe alguien que sepa", reconocía. Los dos, junto a la pequeña Laura, la hermana menor, tienen planificado un día dedicado a la papiroflexia: esta tarde quieren visitar el Museo para tener "un día completo".


Quien no lo han visitado nunca es Nieves ni su hija Ana. En casa sí que, de vez en cuando, pasan el rato haciendo pajaritas, aunque "el que las hace es el yayo", explican. Sin embargo, Ana asegura que quiere aprender a hacer más figuras.


Los niños eran los que más se acercaban hasta el banco de la plaza donde se afanaban en doblar y desdoblar, pero algunas personas más creciditas también recordaban cómo hacer una pajarita. Entre ellas estaban Vicky e Isabel. La primera había hecho alguna figura en el colegio, pero no tenía gran afición. La experta era Isabel, que de pequeña se compró un libro y realizó figuras como barcos, sofás y hasta un Pegaso. "Lo hice con mi padre y nos costó unas cinco horas", rememora. Después, la falta de tiempo hizo que lo fuera dejando, aunque lo retoma "de vez en cuando".


Una historia parecida es la de Jesús, uno de los encargados de enseñar origami a quien se acercase. Empezó de niño, con unos seis años, pero se compró un libro con figuras muy difíciles y terminó abandonando. Lo retomó varias veces, pero la definitiva fue hace tres años, cuando se unió al Grupo Zaragozano de Papiroflexia. "Da tranquilidad y paciencia y es un momento muy positivo", asegura.


Jorge Pardo, el presidente del Grupo Zaragozano de Papiroflexia, ha explicado que los talleres sirven para promocionar la Escuela Museo del Origami de Zaragoza, un centro único en Europa. "Zaragoza es la capital mundial de la papiroflexia, ninguna ciudad del mundo puede decir que tiene un grupo en activo desde los años 40", ha indicado.


En los primeros siete meses del museo, 18.500 personas se han acercado hasta allí, un 35% de ellas turistas de 62 países diferentes, según ha asegurado Pardo. Entre los zaragozanos, lo más habitual es encontrar familias que acuden juntas a conocer el arte de la papiroflexia.


El Grupo Zaragozano de Papiroflexia ha elegido este miércoles para realizar estas actividades  por ser el Día Mundial del Origami. El 6 de agosto se lanzó la bomba de Hirosima y Japón lo conmemora plegando grullas, entre otras actividades. Además, Ramón Acín, el escultor de las Pajaritas de Huesca, fue fusilado también un 6 de agosto, como ha recordado Pardo.