Una menor pide ayuda a un amigo por Whatsapp mientras es presuntamente violada

El joven que supuestamente la agredió es un vecino, de 19 años, al que la juez puso ayer en libertad ante las contradicciones de la chica

El uso de Whatsapp lleva camino de convertirse en el principal medio de comunicación entre los jóvenes. Hasta tal punto, que una menor que presuntamente estaba siendo violada en su habitación por un vecino que se había colado por su ventana prefirió pedir ayuda a un amigo a través de un wasap de voz que a sus padres, que dormían en el cuarto de al lado. 


La muchacha, de 15 años, logró de esta manera que su amigo avisase a sus progenitores y estos, a su vez, a la Policía, la cual detuvo como presunto autor de la agresión sexual a J. E. G. P., de 19 años. En un principio, el relato de la adolescente fue más convincente que el de él –quien dijo que mantuvo relaciones consentidas–, y la juez de guardia decidió enviarle a a prisión, donde ha pasado los últimos 15 días. Sin embargo, tras valorar ahora la declaración prestada por la menor el pasado miércoles, la magistrada ha decidido poner en libertad provisional al supuesto agresor, aunque le obliga a comparecer los días 1 y 15 de cada mes en el juzgado y le prohíbe aproximarse a la chica. 


Los hechos ocurrieron en la madrugada del pasado 12 de julio, en la vivienda de la joven, en el barrio de Las Fuentes. Una vez que los agentes acudieron a su casa, la chica, que contó que había sido víctima de una agresión por parte de un vecino que había entrado a su dormitorio y, tras asirla del cuello con fuerza y bajo amenazas, la había obligado a mantener relaciones sexuales con él. Explicó que reconoció por su voz que se trataba de su vecino J. E. G. P. El agresor se dio cuenta

Añadió que ella quiso apartarlo, pero que él no le hizo caso y le dijo que se callara. Contó que trató de defenderse y que incluso creía que le había arañado en la muñeca derecha. En esas circunstancias y cuando intentó zafarse de nuevo, aprovechó para «enviar como pudo un mensaje a su amigo J. vía Whatsapp». Aseguró que le puso que la ayudara, que «la estaban forzando» y que le «daba miedo avisar a sus padres» por si le hacía daño con algo que creía que le había puesto en el cuello. Explicó que como J. E. G. P. se dio cuenta, le quitó el móvil y le dijo que se estuviera quieta. Cuando terminó, se marchó sin más no sin antes decirle que no contara nada a nadie. A partir de ese momento, se quedó «muy asustada» en la cama y siguió hablando con su amigo por Whatsapp y luego por teléfono. Entonces le contó que quien la había agredido era su vecino, al que ya conocía porque en otra ocasión intentó entrar en su casa y su padre lo descubrió ya que tropezó con el cubo de la fregona. Este incidente, según manifestó la chica, motivó que J. pegara a J. E. G. P.


La muchacha declaró que no llamó a sus padres porque tenía mucho miedo del presunto agresor. El temor fue el que le hizo también actuar de esa forma, según manifestó ante la juez. La menor negó que la relación sexual fuera consentida, como mantiene el imputado, ni que le enviara antes de la agresión un mensaje diciéndole que estaba enamorada de él. Admitió que lo conoce, que es el novio de una de sus mejores amigas y que no tenía mala relación con él. 


El informe forense que se le practicó en hospital al que fue trasladada por la Policía reveló que la menor no tiene lesiones en sus genitales y que presenta un arañazo en el cuello y otro junto a un pezón. Allí se le tomaron muestras biológicas para ser analizadas. 


La Policía vio el día de los hechos los mensajes de Whatsapp que envió a su amigo J., pero en estos momentos ya se le han borrado de su teléfono móvil, y tampoco está el que el imputado dice que ella le mandó. Posible denuncia falsa

El letrado defensor de J. E. G. P., José Cabrejas, se mostró ayer satisfecho con la puesta en libertad de su cliente y anunció que va a seguir trabajando para obtener un sobreseimiento de la causa, sin descartar, en su momento, adoptar las medidas legales oportunas por si los hechos fueran constitutivos de una denuncia falsa.