Xavier de Pedro: "Hay que desterrar las políticas trasvasistas. Son anticuadas"

El presidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro analiza en una entrevista el trabajo diario del organismo y otras claves relacionadas con el agua.

Xavier de Pedro, presidente de la CHE
Xavier de Pedro, presidente de la CHE
P. Z. D.

Xavier de Pedro accedió a la presidencia de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) en marzo de 2012. Algo más de dos años en los que ha tenido que gestionar graves avenidas, como la del Ésera en Huesca o las de los ríos Seco y Martín en Teruel, y en los que ha conseguido que se firmara, con amplio respaldo, el Plan de Cuenca, algo que estaba pendiente desde 1998.


De Pedro explica cómo es el trabajo vital de la CHE en el día a día del Ebro y aborda claves del pasado, presente y futuro del río. El presidente de la confederación rechaza, una vez más, los trasvases, que bajo su punto de vista obedecen “a una política anticuada”.


El máximo responsable del organismo de cuenca también habla sobre la voluntad de la Generalitat de Cataluña de independizarse de España, algo que afectaría a la gestión de la cuenca del Ebro. “Desde el punto de vista del agua no tendría ningún sentido fraccionar el Ebro por ningún lado”, dice De Pedro, que considera que hay infraestructuras, como el Canal Aragón-Cataluña, que no se entenderían con una Cataluña independiente.

-¿Cuál es el estado de salud del Ebro? ¿Lo estamos cuidando adecuadamente?


-El Ebro tiene un buen estado de salud sin perjuicio de que hay zonas puntuales en las que esta situación es manifiestamente mejorable.


Actualmente tenemos un diagnóstico en el plan de cuenca en el que el 75% de las masas de agua están en buen estado y hay una planificación para que lleguemos al 85% al final del ciclo de planificación, dentro de un par de años.

-¿La calidad de las aguas en el tramo urbano es óptima?


-La calidad de las aguas en un tramo urbano es complicada de resolver. Se ha avanzado mucho con los sistemas de depuración y a raíz de la directiva marco del agua, se establecieron sistemas de información de calidad de las aguas, que la CHE lleva con mucha minuciosidad y en tiempo real. Pero queda mucho por hacer. Concretamente en el tramo urbano de Zaragoza es necesario que la depuradora de Utebo se ponga en funcionamiento. También es importante combatir la contaminación difusa proveniente de la agricultura, mejorar los actuales sistemas de depuración.

-En cuanto a conservación y cuidados del río, ¿está Zaragoza al nivel de otras ciudades europeas?


-El Ebro soporta presiones importantes, pero no ha sido un río con una presión excesiva, salvo en zonas puntuales (por ejemplo el caso de Sabiñánigo con los vertidos de lindano y el Bajo Ebro), y por eso goza de buen estado actualmente. Estamos mejor que otras capitales, porque en Europa hay ríos con unas contaminaciones muy importantes.

-En cuanto a la navegación…, ¿por qué está restringida en algunas zonas?


-La navegación es un uso del agua que, en general, está sujeto a declaración responsable y solo en algunas zonas está prohibida. Esta prohibición viene dada por la existencia de mejillón cebra en zonas en las que no hay estaciones de desinfección que garanticen que no se pueda producir un contagio. Estoy a favor de facilitar al máximo la navegación porque creo que los usos fluidos en torno al río son muy importantes y en muchas zonas de la cuenca se está potenciando. Pero siempre hay que buscar el equilibrio mediambiental, algo que creo que perfectamente factible.

-¿Estamos preparados para una gran crecida como la de 1961?


-Las estadísticas dicen que una crecida como la del 61 se repetirá. Pero, con toda seguridad, una avenida de las mismas características producirá hoy menos daños. Hay una directiva marco específica para las inundaciones que parte de la base de que una crecida va a producir daños irremediablemente. Lo que pretende es minimizarlos. El objetivo prioritario en una inundación es evitar daños a personas. Hoy tenemos unos sistemas muy importantes de información de caudal que nos permiten saber con mucha antelación cuándo va a llegar la crecida o si se está gestando.

-¿Qué se está haciendo para solucionar los problemas de contaminación del río en episodios de grandes tormentas?


-Hay un real decreto del año 2012 que tiene por objeto estudiar los puntos de desbordamiento de los actuales sistemas de depuración, que no es un fenómeno exclusivo de Zaragoza, sino de todas las grandes ciudades. Actualmente estamos en la fase de estudio de estos aspectos para para mejorar los problemas existentes. Esto requerirá nuevas inversiones, así que es algo que está muy relacionado con los presupuestos de los que van a poder disponer las administraciones públicas.

-¿Cómo es el día a día en la CHE? ¿Cómo se conjugan con éxito tantos intereses sobre el río y tan diferentes?


-La confederación es una demarcación natural en la que se integran diversas demarcaciones políticas y cada una defiende sus políticas de desarrollo, mediambientales… Todos esos intereses se deben integrar para conseguir un río mejor para todos. En lo que se refiere a la calidad de las aguas, hay una buena colaboración.


Donde se producen más conflictos es en el tema de las inundaciones. Los extremos son malos [dice De Pedro refiriéndose al debate entre quienes piden una protección ambiental muy exigente y los que solicitan que se tomen medidas de limpieza del río y garantías de no riesgo] y lo que se debe hacer es buscar un punto de equilibrio. Vamos avanzando, sobre todo, con la vista puesta en la protección de las poblaciones, que es lo que más nos preocupa.

-¿Y qué hay de la independencia de Cataluña? ¿Ha llegado hasta la CHE alguna demanda de la Generalitat en este sentido?


-El Ebro demuestra la necesidad de sumar esfuerzos, de trabajar conjuntamente… Hasta ahora no ha afectado para nada a la gestión del Ebro la situación en Cataluña y espero que no afecte en el futuro y que todo se reconduzca y haya una situación de normalidad en la gestión integral de la cuenca.

-¿Qué hay de nuevo en materia de trasvases?

-El agua es una fuente de riqueza y trasvasar agua es trasvasar riqueza. Con el plan de cuenca que se ha aprobado tenemos un déficit para nuestras necesidades. Además, el Ebro es un río mediterráneo en el que por lo menos uno de cada cinco años es seco. No se puede imaginar la posibilidad de un trasvase, que además afectaría a la calidad de las aguas. La política de trasvases es una política anticuada que no responde ni a criterios medioambientales, ni sociales ni políticos. Hay que desterrar ese tipo de políticas y hay que buscar una gestión de cuenca que está basada en la naturaleza y en la gestión política coordinada.

-¿Cómo han sido estos dos años al frente de la CHE?

-Ha sido un periodo muy intenso, en el que ha habido numerosas avenidas, la negociación del Plan de Cuenca, la situación de la exigencia de la energía reservada… La nueva política de sumar el agua con la energía es muy importante, lo que me da más satisfacción y esperanzas de cara al futuro. También el plan de cuenca, que se aprobó con mucho retraso y amplio consenso. Solo faltó el apoyo de la Generalitat.


Lo más negativo han sido las inundaciones, por los daños que provocaron en poblaciones y en agricultura. Pero lo peor de todo fue la persona que falleció en el Martín. En una tormenta de verano, aun con todo lo que ha avanzado la tecnología, es imposible asegurar que no va a causar daños ni en poblaciones ni en las personas.