Los vecinos del Gancho, guionistas y actores de su propio cortometraje

Este sábado se estrena este filme de ficción de temática social, rodado en el propio barrio con la participación de 30 personas.

Fotograma de la película rodada en El Gancho
Los vecinos del Gancho, guionistas y actores de su propio cortometraje

Los vecinos del barrio del Gancho han experimentado la sensación de ser guionistas y actores durante unos días y, este sábado, verán el resultado final de la experiencia. La plaza de San Pablo acoge a las 21.30 el estreno al aire libre del cortometraje de ficción 'El Gancho', un proyecto social en el que han participado diversas entidades relacionadas con el barrio, como el Centro Social comunitario Luis Buñuel y la Asociación Cultural Ecozine, además de la propia asociación de vecinos.


El proyecto nació a raíz del Festival Ecozine, donde participó la realizadora colombiana Leidy Mantilla, directora también del Festival de Cine y Derechos Humanos de Bucaramanga (Colombia), quien ha sido la encargada de dirigir esta “historia de historias”, explica Javier Rodríguez, miembro de la Junta de la Asociación de Vecinos de Lanuza-Casco Viejo.


En total, han participado como actores unos 30 vecinos, y fueron los jóvenes, en varias sesiones de trabajo, quienes idearon el guion, reconvertido al lenguaje cinematográfico por Mantilla en un rodaje de unos 25 días que tuvo lugar entre noviembre y diciembre del año pasado. Las calles del barrio, los bares y la propia sede de la asociación de vecinos han sido las localizaciones para esta grabación.


“Es un relato de historias que se cruzan”, explica Rodríguez. Para ello, se hicieron tres guiones originales que acabaron configurando el relato final. El cortometraje cuenta la historia de una familia acomodada que debido a la crisis debe trasladar su residencia al Gancho. Uno de los hijos no se integra bien en el nuevo contexto, por lo que acaba experimentando episodios de rebeldía y violencia. El personaje acabará encontrándose con los otros dos protagonistas de la historia, una estudiante de instituto y un adolescente que se ve obligado a ayudar a su familia para que salga adelante. “Al final, el cortometraje trata problemas reales que están afectando a la sociedad, como el paro, el rechazo a los inmigrantes en el momento actual o cómo la crisis económica afecta a determinados sectores de la sociedad”, explica Rodríguez.


“Son historias ficticias, pero muchos de los que han participado se han visto reflejados en ellas”, tanto es así, que en el guión aparecen cuestiones como los desahucios o las cifras de fracaso escolar, aunque “al final la historia termina bien”.