El Ayuntamiento de Zaragoza recibió el año pasado 1.660 quejas por exceso de ruido de las que se tramitaron 445 denuncias, un aumento del 21% con respecto a los datos del año anterior.

Esta subida choca con el descenso continuado que venían registrando las denuncias desde 2010. Según el área de Urbanismo del Ayuntamiento de Zaragoza la conciliación entre bares y vecinos es cada vez mayor, por lo que el incremento puede deberse a un cambio de hábitos en la población.

A pesar de que las condiciones de ruido estaban reguladas desde 2003, fue a partir de la Ley de 2010 de Protección contra la contaminación acústica del Gobierno de Aragón, cuando comenzó a registrase este descenso.

En este año se tramitaron 544 denuncias por exceso de ruido, una cifra que no ha parado de bajar,  fruto de una mayor regulación y convivencia entre vecinos y establecimientos nocturnos, hasta este año.  

La crisis y el cambio de hábitos de los zaragozanos han traído consigo una tendencia a reunirse en viviendas particulares, una forma de entablar conversación con los amigos sin pagar en exceso por la bebida. En otros casos las viviendas hacen las veces para el botellón antes de salir de fiesta a los establecimientos.  Pero casi siempre las reuniones exceden el volumen y la hora, desembocando en denuncias y problemas vecinales. 

Estas prácticas, sin embargo, pueden ser más caras de lo que parecen. La Ley establece multas de hasta 300.000 euros por exceso de ruido. Llegar hasta el límite de los 5 decibelios puede acarrear multas de hasta 600 euros.

Desde el área de Urbanismo del Ayuntamiento explican que es posible que el aumento de quejas provenga de ese cambio de hábitos y reuniones en domicilios. 

Aún así, las 445 denuncias producidas en 2013 entran dentro de la normalidad, según los responsables.