Zaragoza da la bienvenida al nuevo espacio CaixaForum

Con este enclave, la ciudad aspira a colocarse en la primera línea de la vanguardia cultural española.

El nuevo espacio CaixaForum, de noche
El nuevo espacio CaixaForum, de noche
J. M. Marco

lzado como una enorme escultura elevada por dos alas que le hacen levitar. Así aparece, imponente y severo, CaixaForum Zaragoza, un nuevo enclave cultural cuya vida arranca con la vocación de ser un espacio vivo al servicio de todos los ciudadanos. Gestado en 2008, es hoy una realidad que servirá de dinamizador de una zona, la del entorno de la antigua estación del Portillo, que irá tomando su propia personalidad, creando además con su presencia un singular triángulo cultural en nuestra ciudad con el Museo Pablo Serrano y la Aljafería. Tres mundos del Arte que se miran en un nuevo diálogo, con el deseo de situarnos en la primera línea de la oferta cultural española. Anclado en una parcela que ocupa un área de 4.407 m2 (su superficie construida alcanza los 7.000 m2), será su monumental arquitectura la que domine el pulmón verde de 45.000 metros cuadrados de superficie del futuro parque del Portillo.


El museo es obra de Carme Pinós, autora de numerosos trabajos premiados internacionalmente y que goza de un gran prestigio en el mundo de la arquitectura, en el que desde hace tiempo ya se habla de este edificio singular en los numerosos foros y universidades en los que ha ido exponiendo su trabajo. Es la creadora, además, del Palacio de los Deportes de Huesca, junto a Enric Miralles. Su proyecto resultó el elegido en el concurso convocado para su ejecución por 'la Caixa' en 2009, y seleccionado entre seis estudios de arquitectura españoles. Con un presupuesto final que ronda los 20 millones de euros, está ubicado en la llamada Milla Digital, aún por desarrollar y con el deseo de ser sede de la Ciudad de la Innovación y el Conocimiento, junto a un proyecto residencial que quiso ser impulsor de la rehabilitación de esa zona, abandonada con la marcha de la estación a la Intermodal Delicias, y que la situación económica ha obligado a paralizar y redefinir en algo mucho más modesto.


Al frente está Ricardo Alfós, un economista con una larga trayectoria en 'la Caixa'.

Espacio abierto

De estructuras muy visibles y especialmente sencillas, con una fachada de aluminio perforado y chapas embutidas que reviste la costrucción (obra de la empresa aragonesa Arasaf); de simples formas arquitectónicas, el edificio asemeja a dos grandes cubos elevados sobre dos alas, como un enorme árbol con sus hojas y que suponen su único y reiterativo elemento ornamental, dentro y fuera de la construcción. Pinós ha jugado además con la idea de que "en lugar de ser iluminado, ilumine", y, así, las hojas externas toman luz al anochecer con 'leds' en sus planchas y por detrás, por lo que queda retroiluminado ya que las chapas tienen metacrilato traslúcido que difumina la luz; sin embargo, con la natural aporta una nueva personalidad a cada hora del día. Unas hojas que van en su decoración de abajo arriba, en su parte exterior y en el restaurante, y de arriba hacia abajo en el auditorio. Porque, explica Pinós, "todo tiene un carácter festivo, porque esto es un centro cultural"; y para remarcarlo, hace un guiño a los antiguos teatros, tan ricos en decoración, y ha embellecido también con hojas el auditorio: "Quería darle vida, porque por lo general cuando lo alzan solo se preocupan de resolver el problema de la sonoridad, y no suelen ponerles ornamentación".


El de Zaragoza es el tercer CaixaForum fuera de Cataluña, junto con Palma de Mallorca y Madrid, y el primero construido de nueva planta ya que hasta el momento los seis que se han levantado son rehabilitaciones, como el de Madrid en la sede de la antigua Central eléctrica del Mediodía; el de Lérida, en el Cinema Vinyes; o el de Barcelona en la fábrica Casaramona, de estilo modernista. Un hecho que ha supuesto todo un reto para su creadora que reconoce que siente una especial emoción cuando se enfrenta a las estructuras, "aunque yo no se calcularlas -indica Carme Pinós-, tengo la intuición de hacer esquemas que después Robet Brufau (cabeza visible del estudio BOMA, dedicado al cálculo de estructuras) me valida. Lo más complicado es emerger y hacer realidad la idea". Pinós lo ha logrado con la presencia de una obra muy completa en la que se ha dado respuesta a numerosas cuestiones que se requieren en un edificio de esta envergadura, al ser un complejo multidisciplinar agrupado en un único espacio arquitectónico.


CaixaForum está pensado expresamente para albergar un nuevo concepto de museo y sala de encuentro cultural y ciudadano con el que se le quiere imprimir, en esa filosofía de la Obra Social 'la Caixa' de abrirse a los ciudadeanos y a la sociedad. Ser "un contenedor de cultura", en palabras de Ignasi Miró, jefe de su área de Cultura, "porque habrá conferencias, seminarios, cine, música, teatro... Se configura así el concepto de centro cultural anglosajón. Todo convive y eso genera su éxito, porque permite una gran variedad de públicos". "El edificio es impactante. Cuando llegas desde la estación de Delicias impresiona este frontal que parece un buque. Va a permitir recuperar una parte de la ciudad, un espacio que era una barrera y ahora se va a convertir en un corredor verde para disfrute de la ciudad". Una idea similar que Carme Pinós ha querido desarrollar para que quienes paseen por su entorno sean los que impriman diferentes caracteres, y que genere una nueva ciudad en el entorno. "El hecho mismo de ver su presencia escultórica desde la llegada en tren da un nuevo aire a esa parte de Zaragoza", resalta, y que era uno de sus objetivos.