Los domingos, toca comida popular vegana en la cárcel de Torrero. Los miércoles hay taller de costura y oficina de okupación. Y los jueves, encuentro en la "cafeta activa". El centro social okupado Kike Mur se ha convertido en un activo y atípico centro cultural en el barrio de Torrero.

Aún resuenan los ecos y el debate generado por el desalojo hace unas semanas del centro okupa Can Vies de Barcelona. En Zaragoza, el centro okupa de la antigua cárcel de Torrero cumplirá cuatro años en octubre, y aquí ahora el Ayuntamiento de Zaragoza no se plantea el desalojo. El 20 de enero de 2011 la Policía desalojó el edificio tras la petición del propietario (el Ayuntamiento). Hubo protestas vecinales, enfrentamientos entre vecinos y agentes, y varios detenidos. Tres días después los okupas volvieron a entrar. Un joven del barrio fue condenado recientemente por lesiones y desórdenes públicos durante la manifestación contra el desalojo.

La historia de esta ocupación comienza el 21 de octubre de 2010: un grupo de jóvenes que habían sido desalojados del antiguo colegio Lestonnac ocupó el que fuera edificio de oficinas de la prisión, propiedad del Ayuntamiento de Zaragoza y en estado de abandono. Ellos han limpiado y acondicionado el inmueble para poder desarrollar sus actividades.

El resto de la cárcel había sido demolido en 2005 y en su lugar se han construido viviendas, un aparcamiento subterráneo y una plaza (la de La Memoria Histórica). Estaba previsto que el edificio de oficinas se rehabilitara como centro cultural. Las asociaciones de vecinos del barrio participaron en un proceso de ideas. Pero el proyecto se paró, y ahora no hay financiación ni planes a corto plazo para este inmueble, según confirman desde el Ayuntamiento.

Centro cultural y "acto de desobediencia"

"Con la okupación no sólo pretendemos denunciar y defender el derecho a la vivienda frente a la especulación. Okupar es buscar la confrontación con el sistema. La okupación la entendemos como un acto de desobediencia que intenta despertar la conciencia de una sociedad aborregada y egoísta", explican sus motivos en su página web.

Los integrantes del CSO Kike Mur (el nombre es en homenaje al insumiso muerto en la cárcel en 1997) deciden el funcionamiento del centro en  asamblea. Y abren el edificio para todo el que quiera participar en las actividades. En estos cuatro años han organizado conciertos, comidas populares, proyecciones, jornadas sobre educación y talleres diversos, entre otras cosas. La agenda se puede consultar en su web. También tienen una biblioteca anarquista y una cafetería que abren los jueves. Para el próximo 5 de julio anuncian una manifestación en apoyo a los centros sociales okupados (a las 19.00 en el Paraninfo).

Las principales asociaciones de vecinos del barrio de Torrero apoyan a los okupas y colaboran en ocasiones con las actividades del CSO Kike Mur. "Siempre les hemos apoyado. Le han dado vida a un edificio que estaba abandonado. Si no estuvieran ellos, sería un vertedero o una escombrera, como era antes. Ellos organizan actividades culturales y mantienen el edificio en buenas condiciones. No sé si algún día llegaremos a ver ese centro cultural que nos prometió el Ayuntamiento", afirma Javier Grassa, presidente de la asociación de vecinos Venecia-Montes de Torrero.

Los colectivos vecinales también le piden al Ayuntamiento que actúe en la zona del viejo laurel de la cárcel, que se conservó como símbolo pero se ha secado y está muerto. "Se podrían quitar las ramas secas por seguridad y mantener el tronco como recuerdo. Pedimos que se adecente el solar en el que está y se haga una plaza alrededor. Lo hemos hablado en la junta de distrito y la actuación está pendiente del proyecto Estonoesunsolar", apunta Javier Grassa.