Zaragoza pide incorporarse al mapa de riesgos por accidente nuclear

El Ayuntamiento hace referencia a las posibles afecciones que podría sufrir la ciudad.

La planta nuclear de Vandellós en una imagen de archivo
La planta nuclear de Vandellós en una imagen de archivo

El Ayuntamiento de Zaragoza ha presentado una alegación al proyecto de Decreto del Plan Territorial de Protección Civil de Aragón (PLATEAR) en la que solicita la incorporación de la ciudad como población afectada por un posible accidente nuclear.


Fuentes municipales explican que en el borrador del plan de protección civil que ha preparado la Dirección General de Interior del Gobierno de Aragón, que se encuentra en fase de información pública y que incluye diferentes mapas de riesgos, Zaragoza no se encuentra entre las posibles poblaciones víctimas de esta hipotética coyuntura, pese a encontrarse en pleno corazón del Valle del Ebro.


El consistorio hace referencia a las posibles afecciones que la ciudad y otras partes de Aragón podrían sufrir por accidentes en otras centrales nucleares además de las incluidas en PLATEAR (Ascó y Vandellós), como podrían ser las de Garoña, Trillo o Cofrentes.


Las mismas fuentes indican que todas ellas se encuentran a una distancia máxima de 300 kilómetros de Zaragoza y podrían ser foco de contaminación de la ciudad en caso de accidente, según la dirección y velocidad de los vientos en determinados momentos.


Un estudio internacional elaborado por el Instituto Meteorológico de Austria, hecho público por la organización ecologista 'Greenpeace', afirma que una nube radiológica procedente de la central de Santa María de Garoña (Burgos) -ahora cerrada y sin actividad, pero en fase de reapertura según la empresa propietaria Nuclenor-, contaminaría irreversiblemente todo el valle, y especialmente las poblaciones de Vitoria, Bilbao, Logroño, Pamplona, Tudela y Zaragoza.


Se estima además que un accidente de las características del de Chernóbil o Fukushima (ambos del nivel 7) afectaría a más de 100.000 hectáreas de regadío y 85.000 kilómetros cuadrados, y no solo obligaría a desalojar a toda la población del entorno, sino que dañaría durante siglos unas tierras de gran valor agrícola y ganadero.


Por otro lado, se considera que existe cierta desprotección ante los posibles daños y perjuicios causados a las personas afectadas ya que la compensación económica a la que estaría obligada la empresa jamás pasaría de los 1.200 millones de euros, una cuantía que desde el ayuntamiento estiman "a todas luces insuficiente" puesto que, por ejemplo, el coste provisional del accidente de Japón asciende a 520.000 millones de euros.


"La presumible decisión del Gobierno de España de reabrir la central, unida a la congelación de las ayudas a las energías renovables van sin duda en la peor de las direcciones desde el punto de vista medioambiental y energético", subraya en una nota el consejero de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Zaragoza, Jerónimo Blasco.

Por eso, el Ayuntamiento de Zaragoza promoverá iniciativas para tratar de impedir y dificultar la reapertura de la central de Garoña, ha anunciado Blasco.


El informe del Ayuntamiento a PLATEAR, elaborado por la Agencia Municipal de Medio Ambiente y Sostenibilidad, recoge además las enormes necesidades hidrológicas de la central, "cuyo sistema de refrigeración de los reactores consume el mismo volumen de agua que toda la población de Zaragoza durante un año".