Los 'Desayunos solidarios' del Picarral atienden a 100 niños

Gracias a un trabajo coral de varias entidades vecinales se reparten lotes de comida a cerca de 25 familias.

Dos voluntarios preparan los 'Desayunos solidarios'
Los 'Desayunos solidarios' del Picarral atienden a 100 niños de familias necesitadas

"Nosotros no somos responsables del hambre, pero no podemos dejar que los niños lo sufran". Juan José Jordá, portavoz de la Asociación de Vecinos Picarral, explica así cómo toda una red de solidaridad se ha activado en el barrio para crear el proyecto 'Desayunos solidarios'. Con esta iniciativa, un centenar de niños son atendidos para asegurar que al menos tienen cubierta la primera comida del día.


"Hace ya cerca de dos años que detectamos que había niños que iban al colegio sin desayunar, y decidimos poner manos a la obra", explica Teresa, de la Asociación de Mujeres del barrio. Así, nació este proyecto, un círculo perfecto de implicación ciudadana para que los niños no pasen hambre, con un perfecto anclaje entre los agentes implicados para cerciorarse de que las donaciones "llegan a destinarios que realmente lo necesitan".


Esta cadena de solidaridad empieza en los colegios de la zona, desde donde se envían informes a la Asociación de Vecinos cuando detectan escolares con déficits de alimentación, y desde aquí, informan de la situación de los niños y de sus respectivas familias a Cáritas y a las trabajadoras sociales del barrio. "Esta supervisión es muy importante porque así vemos que es gente que lo necesita de verdad, y para llevar un control", subraya Jordá. Desde la Fundación Picarral se encargan de la recogida de productos en el Banco de Alimentos, y también en la parroquia se reciben donaciones de alimentos de particulares, de manera que además de productos para desayuno -leche, galletas, cereales, cola-cao, etc.-, a veces se reparten extras, como legumbres o carne, "para que les llegue para las cenas".

Sin luz para cocinar los alimentos

Así, ya son cerca de 25 las familias a las que se les sirven semanalmente lotes con los alimentos base del desayuno destinado a los niños, en la mayoría de los casos familias numerosas cuyos padres sufren situaciones de desempleo de larga duración, con escasos ingresos o ninguno. "Es un panorama, porque algunos de los familiares de estos niños ya no volverán a trabajar, no tienen formación y su situación es muy complicada", advierte Teresa. Algunas situaciones son tan precarias "que no pueden ni cocinar los alimentos que les damos, porque como apenas tienen ingresos a algunos les han cortado la luz", subraya.


El reto más inmediato de este movimiento, continuar llenando las baldas de su despensa solidaria: "Si el Banco de alimentos cierra en verano no sé qué haremos", dicen, si bien subrayan la respuesta espontánea que han tenido comercios y vecinos que se han sumado a la iniciativa aportando alimentos, o las aportaciones que hacen las propias mujeres de la Asociación de Vecinos: "Ha funcionado el boca a boca, sin hacer ningún tipo de presentación pública ?dice Jordá-. Estamos muy satisfechos del trabajo en red y de la implicación que está teniendo la gente".


"Con imaginación y con ganas se pueden hacer muchas cosas", así que pese a las dificultades que encuentran para proveerse de alimentos continúan adelante para mejorar su proyecto, y la semana que viene tienen previsto reunirse con responsables del área de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Zaragoza para pedir también su apoyo.