2.000 libros encuentran un hogar temporal

Decenas de personas se han acercado al Bookcrossing massivo de la plaza del Pilar de Zaragoza.

Bookcrossing
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Más de 2.000 libros donados por 3.000 voluntarios aguardaban tendidos en el suelo de la plaza del Pilar, amontonados, formando la palabra 'Lectura', a ser seleccionados por unas nuevas manos, eso sí, de manera temporal. Se trata de libros libres, liberados por la Biblioteca Cubit que ahora están en Zaragoza, pero nadie sabe dónde podrían estar en unos meses.


Este acto, celebrado con motivo de la celebración del mes del libro, parte de una iniciativa de Bookcrossing España que ha contado con la colaboración de la biblioteca Cubit, la Fundación el Tranvía y la Casa de Juventud de Las Fuentes, ha sido muy bien recibida por los zaragozanos, que desde las 18.00 aguardaban impacientes a que se retirasen las vallas que protegían los libros.


"Queremos crear una biblioteca global en la calle para que estos libros lleguen a cualquier parte del mundo", explica Lara Herreras, de Bookcrossing España. Cada uno de estos libros, anterioremente registrado en la web de la iniciativa, tiene un diario de viaje para realizar un seguimiento de la obra.


Las reglas del juego de la liberación masiva de libros son sencillas: "Una vez lees el libro tienes que soltarlo para que otro pueda encontrarlo, no importa donde, puede ser en un sitio oficial o en un banco del parque", explica Isabel Vergara, una de las voluntarias. Así pues, la obra seleccionada este miércoles en Zaragoza podría acabar en Brasil, Singapour o Valladolid: "Estamos de visita en Zaragoza y creo que es una actividad muy divertida para los más pequeños", asegura Marina, que se ha acercado hasta la plaza con su hijo Guillermo, de siete años, ambos vallisoletanos.

Una segunda oportunidad

Hasta la centrica plaza se han acercado decenas de zaragozanos de todas las edades en busca de un nuevo libro. Isabel Vergara, de 17 años, andaba buscando algo de fantasía. "Es la segunda vez que participo en esta iniciativa, me resulta muy interesante sobre todo porque puedes ver dónde está el libro que has leído", explica. Por su parte, Ángel, de 76 años, se había acercado a la plaza por "pura curiosidad". "He sabido de la iniciativa por la radio y, francamente, me parece una buena idea para impulsar la lectura", añade.


Por su parte, Daniel también se ha acercado al Pilar a por nuevas lecturas, pero no sin antes aportar su granito de arena al movimiento: "He traído 12 libros porque no los llegué a leer y se quedaron en el estante o porque ya los he he leído. Espero que lleguen a buenas manos y que tengan una segunda oportunidad", afirma el zaragozano.


Las decenas de libros que se han quedado sin hogar han sido esparcidos por lugares públicos del centro, a la espera de un lector que quiera apuntarse a la moda del bookcrossing.