Los daños de los conejos en los cultivos computarán en las ayudas de la PAC

Los agricultores afectados, que piden más medidas de control de la población, deberán denunciar previamente las pérdidas sufridas.

Daños provocados por los conejos en Épila
La PAC tendrá en cuenta los daños causados por los conejos en el campo aragonés

Los afectados por la superpoblación de conejos que están provocando daños en los cultivos de la comarca de Valdejalón valoran positivamente que esos perjuicios vayan a ser tenidos en cuenta en las ayudas que perciben de la PAC (Política Agraria Común), pero consideran insuficientes las medidas propuestas por la DGA para reducir estos animales.


Una de las preocupaciones de los agricultores era que la merma que sufren quedase registrada para no verse doblemente perjudicados, al perder además de la cosecha las subvenciones contempladas en la PAC, entre las que se incluyen las previstas en el Programa Nacional para el Fomento de las Rotaciones del Cultivo en Tierras de Secano (PNFR). Así lo pusieron de manifiesto en una reunión convocada recientemente en Épila en la que participaron tanto implicados como organizaciones agrarias, cooperativas y ayuntamientos.


Desde la Dirección General de Producción Agraria del Departamento de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente del Gobierno de Aragón se anunció hace unos días a los agricultores, en otro encuentro en La Almunia, que esos potenciales daños serían considerados, «exclusivamente en parcelas realmente sembradas y susceptibles de acogerse a las subvenciones previstas en el PNFR».


Para que esos daños queden reflejados en las declaraciones de la PAC y el agricultor pueda percibir la ayuda, deberá notificarlos y denunciarlos antes del 15 de mayo. Esa es la fecha en la que termina el plazo de solicitud de las ayudas de la PAC, de manera que a partir de ese momento, se analizarán los expedientes de las zonas en las que se haya constatado que de forma generalizada se dan este tipo de afecciones, y algunos serán seleccionados para hacer un control de campo.


Con el fin de dejar constancia de la acción de estos animales en los cultivos, los agricultores tienen varias opciones, dependiendo de si hay o no coto de caza. En caso de que exista, los tendrán que solicitar por escrito a sus titulares «que intensifiquen la captura de conejos con el fin de disminuir los daños». También podrán denunciar o dirigirse al titular de coto para reclamarle por la merma sufrida, o solicitar al Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (Inaga) que «autorice la caza de conejos, siempre y cuando el agricultor cuente con la conformidad del coto».


De no existir coto, deberán pedir «una autorización excepcional al Inaga para el control de la población en zona no cinegética», o presentar copia de la comunicación a este mismo organismo de control de conejos en zona no cinegética y en alguno de los municipios que están recogidos en los Planes Generales de Caza desde 2012, donde se aplican excepciones en la temporada de caza por los daños que viene provocando el conejo silvestre.


En ambos casos deberán contar con prueba documental, y en todos ellos con la peritación firmada por un técnico colegiado para que quede constancia de cuáles son los desperfectos en la explotación. Ayer por la tarde se celebró en Épila una reunión con los agricultores para explicarles estos procedimientos, sobre los que, según señalaron desde el Gobierno de Aragón, ya se han remitido instrucciones a las Oficinas Comarcales Agroambientales.


No obstante, los perjudicados creen que el control de esta superpoblación no se resuelve solo aumentado la presión cinegética, y consideran que las medidas que se están poniendo a prueba en Mallén para su captura con redes y hurones deberían de extenderse a otras zonas afectadas.