El Ayuntamiento ordena obras por 2,8 millones en el edificio del café Madrid

Una sentencia confirma la necesidad de acometer reformas por el deterioro del inmueble.

Tras años de deterioro, el edificio del antiguo café Madrid ya no puede esperar más. El Ayuntamiento de Zaragoza acaba de ordenar a la propiedad del inmueble, situado en la avenida de Madrid 1,3,5 y el paseo de María Agustín 81, la realización de obras por valor de 2,8 millones de euros con el objetivo de garantizar su seguridad y su conservación, dado que se trata de un bien protegido por el Plan General de Ordenación Urbana.


La comunicación se produce tras el fallo del Tribunal Superior de Justicia de Aragón, que desestima los recursos de los propietarios contra las ordenes municipales que exigían que se acometieran obras. En el caso de que los propietarios no cumplan en el plazo de un mes con sus obligaciones de conservación, se tramitará la ejecución subsidiara de los trabajos. Esto significa que las obras serían acometidas directamente por el Ayuntamiento, que después giraría la factura a los propietarios. En este caso, los trabajos se orientarían únicamente a garantizar la seguridad del edificio, con una inversión prevista de 402.347 euros, tal y como establecieron los tribunales.


Aunque la propiedad del edificio está repartida en varias manos (el Banco Santander y pequeños propietarios), el Ayuntamiento considera que desde el punto de vista arquitectónico es una unidad estructural, por lo que todos los titulares del inmueble han recibido la notificación y deben implicarse, en el porcentaje que les corresponda, en la resolución del problema. El Banco Santander se hizo cargo de parte del edificio en el año 2011, pero el cambio de propiedad no evitó que se siguiera deteriorando el inmueble.

Las deficiencias del café Madrid no son nuevas. El edificio se construyó en 1889 y es un valioso ejemplo la arquitectura del siglo XIX. Tras varias épocas de esplendor, el cierre del café Madrid en 1997, en aquel momento el bar más antiguo de Zaragoza, agravó los problemas de conservación del inmueble, que en aquel momento ya eran patentes.

Hace ya años que los balcones están apuntalados y se colocó una malla protectora con el objetivo de evitar desprendimientos sobre la vía publica. Aunque se han ejecutado apaños en la última década, como cuando se pintó la fachada en 2007, el deterioro se ha ido agudizando.


Los vecinos se han quejado de forma recurrente del estado del inmueble, que en el pasado llegó a sufrir incendios, inundaciones o la presencia de okupas. La situación se ha agudizado en los últimos meses. La aparición de grandes cascotes en las mallas protectoras llevaron al grupo del PP en el Ayuntamiento a solicitar acciones urgentes en el edificio.


No en vano, llegaron a caer sobre la vía pública fragmentos de pequeño tamaño de la fachada y de la cubierta. Además, existía un problema de suciedad en los accesos al edificio, donde se acumulaba gran cantidad de basura. El PP llegó a avisar de que los vecinos habían advertido la presencia de ratas en la zona­.


Fuentes de Urbanismo, cuyos técnicos han visitando el inmueble en varias ocasiones, confirmaron que los principales problemas se encuentran en la fachada y la cubierta y que si no se actúa de inmediato pueden producir e problemas de seguridad. «Es un edificio que ha sufrido mucho y hay que intervenir», indicaron fuentes municipales.