'La Liga Energética' o cómo la Universidad ahorra 10.000 euros en seis meses

Una 'spin-off' de la UZ logra ahorrar 10.000 € en 6 meses en el edificio de Institutos de Investigación.

Parte del equipo de Geezar Soluciones
"Reeducando a los empleados se puede reducir hasta un 20% el consumo energético"

Un total de 10.000 euros, céntimo arriba, céntimo abajo, es lo que se ha ahorrado la Universidad de Zaragoza entre los meses de noviembre y abril en las facturas de la luz del edificio de Institutos de Investigación del campus Río Ebro, en el Actur. Para conseguirlo no se ha utilizado ninguna fórmula mágica, simplemente la lógica y un sistema de competición: la Liga Energética.


Durante seis meses, diez bloques han luchado por convertirse en el más ahorrador en materia de consumo energético. Por el camino han realizado pequeñas modificaciones en sus hábitos para no derrochar luz al iluminar las zonas de trabajo ni pasarse de frenada con el climatizador. Detrás del proyecto se encuentra Geezar Soluciones, una empresa saliente (spin-off) del Grupo de Energía y Edificación del campus aragonés.


Lo primero fue calcular de manera pormenorizada el gasto de los distintos departamentos. "Colocamos una sonda de pinza (un medidor del tamaño de un puño) en cada despacho para poder monitorizar los consumos y así ver dónde tenía que hacer hincapié cada trabajador", explica Ángel Martínez, socio fundador de la empresa junto a Pablo Estrada y Constantino Bailé. Los tres son ingenieros -industrial, informático y agrónomo, respectivamente- y han centrado su carrera en la eficiencia energética. Les acompaña un equipo de cuatro empleados con distintos perfiles: un técnico y un ingeniero electrónico, una socióloga y un ingeniero químico.


Pedagogía e implicación


Después de ver sus hábitos energéticos en forma de gráfica, el personal de los Institutos de Investigación ha ido recibiendo visitas periódicas de los responsables del proyecto, que han realizado un trabajo de acompañamiento. "Revisamos los gastos de cada despacho, les descubrimos dónde gastan más energía que la considerada normal... La clave -subraya Constantino-, pasa por hacer una correcta pedagogía, que el usuario aprenda a facilitar el ahorro, que no deje el ordenador encendido por la noche sino suspendido, que el aire acondicionado y la calefacción estén a la temperatura adecuada y la gente no se muera de frío en verano y de calor en invierno...".


Apagar la pantalla del ordenador y dejar el equipo encendido cuando se sale de trabajar es un claro ejemplo de gasto innecesario y fácilmente prescindible. "Dejándolo suspendido se puede ahorrar hasta 20 céntimos por equipo y día. Piensa en una gran empresa y echa cuentas", apunta Ángel. A la hora de poner 'a dieta' las facturas, entran en juego otros factores como la ventilación, el aislamiento térmico o la iluminación, hacia los que el equipo de trabajo también apunta, si bien es cada empresa la que debe decidir si invierte en mejorarlos.


A falta de calcular los últimos resultados, la Liga Energética puede considerarse un verdadero caso de éxito: al importante ahorro en los consumos -el despacho ganador ha reducido su demanda de recursos por encima del 10%- se une el notable descenso en la factura.


Un antecedente que ahora tratarán de llevar a empresas y oficinas convencionales (el edificio del campus tiene una 'súpercomputadora' en continuo funcionamiento y un puñado de laboratorios de los que no se puede 'recortar' el suministro), en las que se espera poder realizar ahorros incluso mayores: "Reeducando correctamente a los empleados se puede llegar a reducir hasta un 20% el consumo eléctrico".


Urbanismo sostenible


Esta spin-off universitaria busca dar un paso hacia el urbanismo a través de la aplicación URSOS, una herramienta que analiza los consumos de barrios completos, desde las calderas de los edificios hasta las farolas, y que valora factores como los kilómetros de carriles bici, las distancias entre paradas de autobús y el tipo de suelo de las calles.