El lendakari destituye al asesor que no dio una carta de un exetarra a Madariaga

El Gobierno vasco esgrime «diferencias de interpretación» y Urquijo guarda la misiva de Picabea al excomandante hace más de un año.

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MIGUEL TOÑA/EFE

El lendakari, Íñigo Urkullu, cesó ayer al asesor del Gobierno vasco en materia de atención a las víctimas del terrorismo, Txema Urquijo, después de que se supiera la semana pasada que guardó una carta del exetarra Kepa Picabea remitida en diciembre de 2012 al excomandante de la Guardia Civil Miguel Ángel Madariaga. Este extremo se conoció en una entrevista que se celebró el día 26 en la prisión de Zaballa (Álava), como adelantó HERALDO.


En un comunicado, el Gobierno vasco esgrimió ayer que la destitución se debe a «diferencias de interpretación» y «metodologías observadas en su interpertación y ejecución». El fin de semana, Txema Urquijo explicó al lendakari lo sucedido.


Urquijo se defendió la semana pasada explicando en su cuenta de Twitter que no entregó la carta que le envió el preso arrepentido Kepa Pikabea a la víctima de ETA, el aragonés Miguel Ángel Madariaga, porque así se lo pidió expresamente este recluso al no tener «garantía de discreción».

El autor lo dice en la entrevista

Pero el autor de la carta recordó en persona al destinatario, Miguel Ángel Madariaga, que le había escrito una carta en diciembre de 2012, y la víctima se sorprendió porque nunca le llegó, ni le advirtieron de que le había respondido a la que él envió en marzo de ese año. La víctima entendió que el deseo del arrepentido era que la hubiera recibido.


«Picabea no tenía ninguna prevención para que yo no recibiera la carta. Explicó que se la envió a Urquijo, pero sin más», apuntó ayer Miguel Ángel Madariaga a este periodico.

Urquijo señaló que la carta «llegará a su destino cuando el remitente lo desee así». «Eso sí, sospecho que su destino no son los medios de comunicación», agregó el asesor de víctimas del País Vasco que conoce a la familia de Madariaga desde marzo de 2012. Aun así, el alto cargo se sentía en las últimas semanas «apartado» de las funciones que había realizado desde hace once años, según dijo en una conversación con este diario.


El día de la Cincomarzada, Urquijo llamó a la familia de Madariaga para proponerle un encuentro con Kepa Picabea, pero que no fuera dentro de la prisión. Para entonces, el juez de Vigilancia Penitenciaria, José Luis Castro, ya había aprobado que se celebrara la entrevista en el centro penitenciario de Zaballa tras recibir en Zaragoza al excomandante hace un mes. Al final, se fijó el encuentro el pasado miércoles día 26.


«Aceptó hablar con Madariaga tras hablar conmigo y su abogado», precisó el asesor de las víctimas, antes de ser destituido ayer por el Gobierno vasco.


«Txema Urquijo no quería que hubiera focos», reiteró ayer la víctima, refiriéndose a la conversación que mantuvieron en su domicilio de Zaragoza hace casi dos años. El excomandante Miguel Ángel Madariaga decidió escribir una carta a Kepa Picabea por ser miembro del comando Adarra, que cometió el atentado de Andoáin en 1979, donde falleció un compañero suyo y él quedó con graves secuelas. Pedía ayuda al etarra arrepentido (víctima del GAL y en la vía Nanclares), para solucionar su atentado porque no estaba juzgado.


Picabea reconoció en la entrevista que integró el comando Adarra y se dedicaba a llevar armas a Francia. La Fiscalía de la Audiencia Nacional ha requerido la grabación de la prisión.