"Me he sentido muy bien acogido en Zaragoza"

Moussa Fall, expresidente de la asociación de senegaleses en Aragón, vuelve a su país de origen después de 15 años a trabajar y cooperar.

Moussa Fall, en Zaragoza
"Me he sentido muy bien acogido en Zaragoza"

Moussa Fall, senegalés de 50 años, llegó a Zaragoza en 1999, cuando aquí vivían apenas unos 5.000 extranjeros. Hoy hay más de 104.000 inmigrantes empadronados en la capital aragonesa, de los que 2.880 son de Senegal. Ahora Moussa, que ha sido presidente de la Asociación de Inmigrantes Senegaleses en Aragón y ha trabajabado como mediador intercultural para el Ayuntamiento y el Gobierno de Aragón, está preparando las maletas para volver a su país de origen.


Moussa Fall vuelve a su pueblo, Mpal, empujado por la crisis económica de España y con intención de iniciar un proyecto de cooperación para mejorar las condiciones de vida de su lugar de nacimiento. Aquí, en Zaragoza, se quedan su mujer y sus cinco hijos, de entre 2 y 18 años. La hija mayor quiere empezar Medicina el próximo curso en la Universidad. "Vuelvo para trabajar y para ayudar. Separarme de mi familia va a ser lo más duro, pero iré y vendré entre los dos países", afirma este profesor de español.


"Me he sentido muy bien acogido en Zaragoza. Volvería a repetir la experiencia. España es una sociedad abierta y acogedora, que en general trata muy bien a la gente que viene de fuera. Con la crisis, puede que hayan aumentado algunas actitudes o comentarios hostiles hacia los extranjeros, pero creo que son producto del desconocimiento y del miedo", reflexiona.


Él vino por motivos económicos, con ganas de conocer otro país y con intención de ampliar sus estudios. Estudió Filología Hispánica en la Universidad de Dakar y trabajaba como profesor de español en un instituto antes de emigrar. Aquí, enseguida consiguió los papeles y entre 1999 y 2004 tuvo distintos empleos de albañil operario, mozo de almacén y repartidor.


Después se formó como mediador intercultural y trabajó en la Casa de las Culturas del Ayuntamiento (de 2004 a 2009) y en el Centro Aragonés de Recursos para la Educación Intercultural (CAREI) del Gobierno de Aragón (de 2009 a 2012). En los años de prosperidad "dos partidos grandes" le ofrecieron ir en las listas electorales para las elecciones municipales, aunque él finalmente rechazó las propuestas. En el verano de 2012, llegaron los recortes al CAREI y se quedó en el paro. "No puedo estar de brazos cruzados con la preparación que tengo. Por eso he pensado que es el momento de volver a Senegal y ayudar allí", apunta.


Allí, tiene planes para montar una tienda, buscará trabajo de profesor y va a colaborar con un movimiento ciudadano. Quiere entrar en política y le gustaría presentarse para alcalde de su pueblo. "Muchos nos tuvimos que marchar por motivos económicos. Unas 200 personas de mi pueblo han emigrado a Europa en los últimos años.Yo vine con visado de turista. Pero después, a partir de 2006 mucha gente se echó al mar en cayuco. Si conseguimos mejorar las condiciones de vida de allí, a lo mejor las próximas generaciones no tienen que emigrar. Es un error recortar en cooperación al desarrollo", afirma.


Moussa defiende que "la emigración es una decisión personal" y rechaza los límites y los muros. "España no está amenazada por los inmigrantes. Hay que mejorar las condiciones de vida de sus países de origen y atender con los medios necesarios a los que deciden venir. Los inmigrantes aportan mucho a la economía y la sociedad del país de acogida", asegura.


Mientras prepara las maletas para volver a Senegal dentro de unos días, sus amigos de aquí están recogiendo firmas para presentar su candidatura al Premio Aragón 2014 (distinción del Gobierno de Aragón para personas o asociaciones en reconocimiento por su trabajo en la cultura, ciencia, tecnología o valores humanos).