"Siempre hemos tenido clara la inocencia de Florencio"

El vicario de la Diócesis de Tarazona asegura que la investigación interna continúa.

La Diócesis de Tarazona continúa su investigación interna para clarificar la actuación del párroco de Borja, Florencio Garcés, imputado como presunto autor de un delito de apropiación indebida del dinero de una parroquia en el marco de la Operación 'Espino'.


El vicario general de la Diócesis, Esteban Aranaz, ha afirmado que "estamos en ello" y aún investigan lo ocurrido, muestra de "cómo el obispo desde el principio ha tomado el asunto de forma personal, porque es lo que le compete".


Así, "se está trabajando para clarificar la administración de los bienes" de la parroquia, aunque "siempre hemos tenido clara la inocencia de Florencio" frente a los cargos que se le imputan, ha asegurado, para insistir en que se está investigando el caso "con rigor y con calma para clarificarlo".


El sacerdote Florencio Garcés, de 70 años de edad, fue detenido el viernes 29 de noviembre por la Guardia Civil en la denominada 'Operación Espino' por su posible implicación en varios delitos, entre ellos, apropiación indebida de dinero de la parroquia. Días más tarde fueron detenidas otras cinco personas, miembros de una misma familia y que, al igual que el sacerdote, se encuentran en libertad con cargos.


La titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Tarazona, Nieves Pérez, imputó a Garcés como posible autor de un delito de apropiación indebida continuada y agravada por la cantidad de 185.183,63 euros. El cura ingresó el 5 de diciembre en la cárcel de Zuera, en situación de prisión provisional sin fianza, si bien una semana después quedó en libertad.


Este miércoles, el testigo clave del caso, un vecino de Borja hasta ahora testigo protegido, ha declarado ante la juez que agentes de la Guardia Civil le presionaron para decir que existían imágenes comprometidas del sacerdote y que le habían obligado a mentir.


Está "sereno y tranquilo"


El vicario ha rechazado valorar la declaración de los testigos ante la juez de Tarazona, al indicar que "hasta que no termine la instrucción no podemos hacer ninguna valoración pública", si bien ha observado que "en este caso el tiempo está haciendo ver las cosas en su justa medida". En todo caso, ha alegado que "hay que respetar la acción de los jueces y ver cómo termina, si se archiva" o el caso sigue adelante.


Sobre la situación del párroco, Aranaz ha afirmado que Florencio Garcés "está sereno y tranquilo, como lo ha estado siempre. Se encuentra bien y expectante de que todo se acabe", ha dicho, para avanzar que una vez que finalice el proceso se decidirá su destino y dónde continúa su labor.


"Confiamos en que finalice pronto, porque la verdad interesa que se conozca cuanto antes; llevamos meses en una situación desagradable y deseo que cuanto antes se sepa la verdad", ha remarcado.


"No hay nada"


Por su parte, el abogado Sergio Pérez, que representa a las cinco personas que fueron detenidas junto al sacerdote, ha observado que tras la declaración del testigo deberán esperar "a ver qué decide la juez", dado que esta persona "se retractó" de su declaración.


En su opinión, este caso "es un soufflé que se va a caer" porque "desde el primer día no hay nada, no sé a quién ha interesado darle publicidad y que apareciera el sacerdote cuando no hay nada" y la presunta extorsión al párroco con imágenes de carácter íntimo se basa en "rumores".


"No hay nada, esto se cae" y ahora es necesario "averiguar qué ha pasado con los cuatro guardias civiles" a los que el hasta ahora testigo protegido acusa de "que le presionaron y coaccionaron para que diera esa versión".


Pérez ha confiado en que la juez investigue estas afirmaciones y ha avanzado que la próxima semana presentará pruebas que demuestran la inocencia de sus cinco representados.


De hecho, ha recordado que fue la declaración de esta persona la que originó la detención de sus clientes, "en base a las mentiras que a este hombre le obligan a declarar. Mis cinco clientes fueron detenidos por la declaración de un testigo protegido que ha confirmado que todo era un montaje y una mentira", ha aseverado, para desear que, por todo ello, el caso finalice "bien para mis clientes y para el párroco".