Zaragoza

"Aquí pasamos mucho frío, pero estoy con mi familia"

Una familia de indigentes rumanos vive desde hace dos años en un quiosco abandonado junto a la intermodal. Prefieren este lugar a un albergue.

Izet, en el quiosco abandonado que usan como vivienda
"Aquí pasamos mucho frío, pero estoy con mi familia"

A media mañana, Izet Orhan se acurruca en la cama bajo una manta con tres jerseys. Hoy no ha desayunado. Su mujer y tres de sus hijos se han ido a mendigar. Él se queda en 'casa', explica, tiene un dolor lumbar de una operación antigua. Su casa es desde hace dos años uno de los quioscos abandonados en la avenida Ciudad de Soria, cerca de la estación intermodal.


"Aquí pasamos mucho frío, pero estamos juntos. No nos gusta dormir en albergues. Esta es nuestra casa", afirma y muestra el habitáculo de unos 20 metros cuadrados en el que se han instalado. Su mujer, él, un hijo y dos hijas comparten dos camas y un sofá. No tienen luz ni agua. Cocinan en un rincón con un hornillo de alcohol. Tienen una sartén y una cazuela con restos de comida. Acumulan bolsas de ropa en un rincón. Tapan los agujeros de la pared, de cristal, con cartones y pósters.


Izet, de 50 años, explica como puede en español mezclado con rumano, que son gitanos y vinieron de Rumanía hace dos años buscando trabajo. "Allí no teníamos nada. Aquí tampoco, pero conseguimos un poco de dinero pidiendo para comer", señala.


Poco después llega uno de sus hijos, Adrián, y muestra el resultado de tres horas pidiendo en la plaza del Pilar: tres euros. "Quiero trabajar por no hay trabajo. Por eso pedimos. Vivimos aquí y vamos a veces al albergue a la ducha y a por ropa", apunta. Izet se abrocha el abrigo, se pone un gorro y los dos se van a un supermercado cercano a comprar algo para comer.