Zaragoza

Los 'rastros' ilegales resisten al control policial y las multas

La mayoría de las denuncias se dan por falta de licencia o por vender productos de dudosa procedencia. Mientras, los mercadillos profesionalizan su actividad y dan empleo a un millar de familias.

Incautación de artículos junto al Rastro
Los 'rastros' ilegales resisten al control policial y las multas
I.M.

La venta ilegal de artículos en la calle sigue muy presente en la ciudad de Zaragoza. La crisis económica ha agudizado este problema, ya que obliga a cada vez más personas a buscarse la vida, y ni el constante control policial ni los Servicios Sociales consiguen acabar con él.


La Unidad de Protección Ambiental y Consumo (UPAC), encargada de esta materia, y la Unidad de Apoyo Policial Operativo (UAPO), interpusieron el año pasado cientos de sanciones a vendedores ambulantes, la mayoría de ellas en los alrededores del parking sur de la Expo, donde cada domingo se celebra el tradicional Mercadillo de la capital aragonesa.


A primeras horas de la madrugada, decenas de personas se establecen junto a la Estación Intermodal desde hace años para comerciar con todo lo imaginable: herramientas, ropa, reproductores musicales, sanitarios, altavoces...


A través de batidas conjuntas entre la UPAC y la UAPO, los agentes tratan de evitar este tipo de actividad ilegal. La mayor parte de las sanciones tienen que ver con venta sin licencia, productos sin las adecuadas condiciones de salubridad o enseres de “dudosa” procedencia.


Los agentes señalan que "muchos de estos objetos proceden de hurtos" o incluso se encuentran con "ropa que recogen de la beneficencia" que "en vez de usarla, vienen aquí a venderla".


Como consecuencia, se retiran cada jornada una veintena de contenedores llenos de material incautado, cada uno de ellos con una capacidad de 1.000 litros. Estos 'comerciantes de la calle' llegan al barrio de La Almozara para aprovechar el tirón del Mercadillo y del Rastro de Antigüedades, que reúnen cada domingo a 60.000 visitantes.


Sus comerciantes agradecen que se controle la actividad, para evitar que no haya en el mismo espacio vendedores con y sin licencia. Sin embargo, la imagen se repite cada domingo.


Más mercadillos con la crisis

Mientras tanto, la venta ambulante regulada gana cada día más adeptos. Con la crisis y las escasas oportunidades laborales, muchos comerciantes y fabricantes caseros han encontrado en esta forma de negocio una salida al paro. Se calcula que solo en Zaragoza un millar de familias viven de sus ventas en la calle.


La moda de los mercadillos es patente, y la oferta que recibe el aficionado a las compras bajo el sol de Zaragoza crece de forma continua: Mercado Medieval, el de las Culturas, el Agroalimentario, los de Comercio Justo, el de pintura de la plaza Santa Marta, mercadillos vintage, contra el cáncer, los navideños...


Desde el Ayuntamiento de la ciudad aseguran que el número de peticiones para instalar nuevos mercadillos o puestos en los ya existentes ha crecido notablemente. Reconocen que “hay que evaluar todas las solicitudes una a una” y que “es imposible autorizar todas”.