Zaragoza

Buscan el cadáver de la mujer asesinada en Ricla en un pozo de 250 metros

Estas labores se iniciaron el pasado mes de junio pero se suspendieron al llegar a los 180 metros de profundidad al chocar la sonda que empleaban los policías con un tapón que les impedía continuar.

Agentes de policía buscan los restos de Pilar Cebrián, presuntamente asesinada por su marido en la localidad de Ricla (Zaragoza), en un pozo de tanteo (sondeo) próximo al embalse de Mularroya de unos 250 metros de profundidad.


Según ha informado la Jefatura Superior de Policía de Aragón, los investigadores tratan de verificar si el marido de la mujer, en prisión provisional desde octubre de 2012 por un presunto delito de homicidio, descuartizó a su víctima y arrojó los restos por la estrecha boca del pozo de tanteo.


El rastreo se ha centrado en uno de los pozos, pertenecientes a la Confederación Hidrográfica del Ebro, que se sitúan en el entorno del embalse de Mularroya, cuya boca, a diferencia de las de los demás, no estaba cerrada ni sellada.


Estas labores se iniciaron el pasado mes de junio pero se suspendieron al llegar a los 180 metros de profundidad al chocar la sonda que empleaban los policías con un tapón que les impedía continuar.


Los agentes se han provisto ahora de una perforadora que les ha permitido deshacer el tapón y continuar descendiendo hacia el fondo del pozo.


Dichas fuentes han explicado que se trata de una labor lenta y dificultosa que obliga a los técnicos a ensamblar tramos de 3 metros de longitud para avanzar en la perforación.


A medida que se lleva a cabo el descenso se inyecta aire comprimido que saca al exterior todo el material que se encuentra la perforadora en su recorrido y lo conduce hacia una balsa de lodos.


La investigación en torno a este presunto crimen se inició en octubre del año pasado a raíz de la localización de un cuerpo descuartizado de mujer en una chopera próxima a la localidad zaragozana de Cadrete.


Poco después de la localización del cadáver fue detenido el marido de la supuesta víctima, Antonio Losilla, como presunto autor del presunto crimen.


Sin embargo, las pruebas de identificación no dieron luz al caso sino que lo llenaron de sombras al no corresponder los restos hallados con los indicadores genéticos de la mujer.


Los investigadores, tras cotejar el ADN con muestras de personas desaparecidas, determinaron que los restos óseos correspondían a una mujer de 27 años domiciliada en Cadrete llamada Vanessa Barrado.


La identificación de sus restos desveló a los agentes otro crimen por el que fue detenido como supuesto autor el marido de la mujer, Cristóbal M.M., quien había convencido a los familiares de su compañera que ésta le había abandonado voluntariamente.