El barrio de Valdespartera consigue el antiguo barracón militar para uso vecinal

Desde hace varios años, uno de los caballos de batalla de la agrupación Los Montes de Valdespartera, de Zaragoza, ha sido lograr la conversión del barracón del antiguo acuartelamiento militar situado entre las calles Ciudadano Kane y La Quimera de Oro en un centro destinado al uso vecinal. Aunque desde el 2003 su destino ha estado avocado en varias ocasiones a la demolición, definitivamente se convertirá en un salón polivalente del que disfrutarán los vecinos de Valdespartera y otros barrios del sur.

La asociación Los Montes de Valdespartera se reunió el pasado mes de julio con el consejero municipal de Urbanismo, Infraestructuras, Equipamientos y Vivienda del Ayuntamiento de Zaragoza, Carlos Pérez Anadón, para tratar algunos temas urbanísticos que les preocupaban. En la reunión, los vecinos le recordaron la posibilidad de reconvertir el barracón en un espacio de usos múltiples y solo unos días más tarde llegó la respuesta afirmativa. “Nos quedamos alucinados porque no esperábamos una respuesta tan rápida y después de tanto tiempo solicitándolo, se interesaron de nuevo por el tema y nos dieron la luz verde definitiva”, recuerda Lorena Gregorio, secretaria del colectivo Los Montes de Valdespartera.

Desde el departamento de Urbanismo, Infraestructuras, Equipamientos y Vivienda del Ayuntamiento de Zaragoza, apuntan que los técnicos se encuentran en la actualidad comprobando el estado del inmueble y realizando un proyecto de adecuación “austero”, tal y como se fijó después de la reunión mantenida entre los vecinos y Pérez Anadón en verano. Desde el consistorio todavía no pueden estimar la fecha concreta en la que se entregará, pero los vecinos esperan que sea a finales del último trimestre del año o a principios del 2014. “Lo importante es que el proyecto está en marcha y por fin vamos a poder disfrutar de él”, apuntan desde la asociación.

Para llegar hasta este punto, los distintos colectivos del barrio han luchado durante años para evitar que acabase reducido a escombros. El edificio también ha estado ocupado por otras personas o colectivos como los técnicos de la UTE del tranvía, quienes fueron los últimos en pasar por él. Y, a principios de este año, los vecinos de Valdespartera llegaron a darle un “simbólico abrazo” para evitar su demolición.

En los próximos meses, el Ayuntamiento de Zaragoza cederá el espacio a la agrupación de Los Montes de Valdespartera, quienes serán los encargados de autogestionar el centro. “La idea es realizar muchas actividades a precios asequibles, por supuesto, con descuentos para los socios y ofreceremos la posibilidad de que otras comunidades se reúnan también aquí”, explica la secretaria del colectivo.

Un problema común en todos los barrios del sur

Hasta el momento, todos los barrios del sur de Zaragoza contaban con el problema de la falta de un Centro Cívico o lugar donde poder reunirse. El más cercano para todos era el de Casablanca, pero en rara ocasión lo utilizaban. Con la cesión del antiguo barracón militar, además de la agrupación de los Montes de Valdespartera, también tendrán su sede allí: la comisión de fiestas, el equipo de fútbol y los AMPAS de los colegios públicos del barrio, la Asociación de Comerciantes de la Zona Sur, un grupo de montaña, la asociación de vecinos Los Sauces de Montecanal. Asimismo, los barrios de ARCOSUR y Rosales del Canal, también harán uso de sus instalaciones en ocasiones puntuales, aunque de momento no se trasladarán hasta él.

El objetivo que se han marcado los barrios del sur es el de realizar “una conexión total entre todos” a fin de dinamizar entre esta zona zaragozana que se encuentra en pleno proceso de crecimiento.

Desde la asociación de vecinos Los Sauces de Montecanal, quienes también tendrán su sede allí, están encantados de poder contar con un lugar de reunión porque llevan casi dos décadas reuniéndose en la iglesia de Santa María y en el Colegio Público Montecanal. “Los vecinos de Valdespartera nos ofrecieron la posibilidad de compartirlo y nos encantó la idea”, explica Rosa Burgos, secretaria del colectivo. “Ir allí es un gran avance para nosotros porque hasta ahora dependíamos de la buena voluntad de la gente para dejarnos los espacios y, aunque no esté en el mismo barrio y nos caiga un poco lejos, con el tranvía enseguida llegamos ahí”, añade Burgos.