Zaragoza

Nadie apuesta por el Parque Deportivo Ebro

El concurso para gestionar el recinto zaragozano por 12.000 euros al año ha quedado desierto. La instalación se deteriora cada día un poco más.

Parque Deportivo Ebro
Nadie apuesta por el Parque Deportivo Ebro
P. F.

Sin ofertas. El Gobierno de Aragón no ha recibido propuesta alguna para hacerse cargo de la gestión del Parque Deportivo Ebro, infraestructura que echó el cierre definitivo el primer día de este año dejando en fuera de juego a un buen puñado de deportistas aragoneses.


El plazo para presentar las ofertas vencía la pasada semana y nadie ha querido comprometerse a desembolsar el canon anual de 12.000 euros que reflejan los pliegos de condiciones del concurso público a cambio de 35 años de concesión. Una cantidad que, en la práctica, resultaría mucho más elevada para el adjudicatario, que debería acometer una profunda inversión en el mantenimiento de las instalaciones y, especialmente, de la piscina olímpica.


El coste derivado de la continua apertura de la piscina de competición fue, precisamente, el argumento central de la consejería de Educación, Universidad, Cultura y Deporte para acometer un cierre "temporal" de la infraestructura zaragozana. El Ejecutivo aragonés calificó de "inasumibles" los "mil euros diarios de gasóleo que cuesta llenar el tanque de la piscina cubierta".


La precipitada clausura propició la salida del agua de la campeona olímpica Andrea Blas y el resto de sus compañeros y compañeras de la Escuela de Waterpolo Zaragoza. Ahora entrenan y juegan en la piscina de Bomberos. También hicieron las maletas, por efecto dominó, equipos de otras disciplinas deportivas: natación, hockey hierba y fútbol americano.


El aspecto actual del Parque Deportivo Ebro es lamentable, desolador. Basta una fugaz visita al Centro de Medicina del Deporte, único superviviente en el interior del recinto, para percatarse de la realidad de una instalación que, carente de los cuidados precisos, envejece a marchas forzadas tras nueve meses de abandono total.


Los 138.734 metros cuadrados del recinto acumulan montones de hojas, barro y hierba a partes iguales. Especialmente delicado es el caso de la piscina olímpica, la única de carácter público en la capital aragonesa. Las importantes avenidas del Ebro a comienzos de año produjeron filtraciones, que la llenaron de barro.


El Parque Deportivo Ebro cuenta -contaba- con cuatro pistas de tenis, una pista de voley playa, la piscina cubierta climatizada de 50 metros, cuatro piscinas aire libre y dos infantiles. También tiene un campo de fútbol de hierba artificial, otro de hockey hierba artificial, un campo de fútbol tierra, tres de balonmano, una pista de baloncesto, cinco frontones y un rocódromo. Además cuenta con un bar-restaurante, oficina de atención al público, recepción, gimnasio para deportistas, zonas verdes y barbacoas.


En las bases del concurso público, el Ejecutivo sólo marcaba como obligatoria la puesta en marcha de la piscina olímpica, el campo de hockey y el de fútbol de hierba artificial. La recuperación del resto de los espacios sólo estaba estipulada como opcional, aunque se hubiera valorado de manera favorable.


Además, la Dirección de Deportes incluyó en la descripción del inmueble una parcela destinada a aparcamiento de algo más de una hectárea, aunque con una superficie útil de 13.519 metros cuadrados.