Transporte

Los taxistas denuncian que el Actur ha pasado de tener seis paradas a solo una

El gremio critica al Ayuntamiento por no responder a sus peticiones para que haya, como mínimo, dos zonas más.

Los taxistas Antonio Rubio, Javier Macarrón y Adrián Buen, aparcados en Grancasa
Los taxistas denuncian que el Actur ha pasado de tener seis paradas a solo una
ARÁNZAZU NAVARRO

ZARAGOZA. El Actur, uno de los barrios más poblados de la ciudad con unos 60.000 habitantes, dispone tan solo de una parada de taxis, la de la puerta principal del centro comercial Grancasa, con espacio para siete vehículos. Los trabajadores del gremio denuncian que antes de la llegada del tranvía había seis paradas en la zona y afirman que llevan meses reclamando al Ayuntamiento que habilite más, sin recibir una respuesta.


«Un barrio tan grande no puede estar con tan poco servicio. Como mínimo debería haber dos paradas más, al principio y al final de Avellaneda», explica Antonio Claramonte, presidente de Radio Taxi Aragón. Desde la cooperativa apuntan que es algo «vital» porque «no solo se vive de Grancasa», y que el Consistorio se comprometió a solucionar el problema cuando estuviera en funcionamiento la segunda fase del tranvía, algo que no ha hecho.


José Luis de Torres, vicepresidente de la Asociación Provincial de Autotaxi de Zaragoza, va más allá y critica que el Actur es un barrio «que está ya olvidado para los trabajadores» porque no les es rentable. «No hay un sitio donde parar, la movilidad con el tranvía y los autobuses es muy complicada», afirma.


Desde el Consistorio explican que se está evaluando la situación pero que de momento no se ha tomado ninguna determinación. «Tenemos que negociar los emplazamientos con las asociaciones. Convendría que fueran en

vías perpendiculares a Gómez de Avellaneda y que no interfirieran con el tranvía ni las zonas de carga y descarga», explican fuentes municipales, sin avanzar si el problema tendrá una solución a corto, medio o largo plazo, ni de cuántas paradas se hablaría.


Sobre el asfalto, mientras Antonio Rubio aguarda a algún cliente en Grancasa, apunta que muchas mañanas da un par de vueltas por el barrio y se marcha porque «ni con lluvia ‘alquila’». «Como solo hay una parada, doy muchas vueltas y ni por esas. Circular por aquí es un horror, las calles están cortadas por el tranvía y, cuando tenemos clientes, los servicios se encarecen porque obliga a hacer un recorrido más largo», afirma.


Otros puntos con problemas

Un páramo. Es el escenario habitual de la parada de la estación de cercanías de la avenida de Goya. Si no fuera por la marca amarilla en zig zag sobre el suelo, sería difícil adivinar que en ese lugar se puede coger un taxi. Pese a que el Ayuntamiento la habilitó nada más inaugurar la estación, hace casi un año y medio, la baja demanda hace que sea raro ver a un vehículo esperando para ser ‘alquilado’. Desde el primer momento fue una situación denunciada por las asociaciones del sector, que no encontraron rentable el negocio en ningún momento.


Otra escena bien diferente es la que se puede observar en las dos paradas del hospital Miguel Servet, una situada en la puerta principal y la otra en urgencias. En este caso, la alta demanda de usuarios choca con la baja capacidad de cada una de las zonas, en las que tan solo pueden estacionar siete vehículos.


Es corriente ver a taxis aguardando por las inmediaciones como buenamente pueden para rápidamente ocupar el hueco que queda libre. También hay otros trabajadores que se avisan por la emisora para que el compañero acuda deprisa a cubrir la vacante