Zaragoza

Hay vida más allá de la playa

El río vuelve a convertirse tras años de abandono en uno de los referentes de ocio y actividades para los zaragozanos que no han salido de la ciudad en agosto.

Las 'Playas' de Zaragoza
Las 'Playas' de Zaragoza

Hubo una época en la que los zaragozanos no tenían que recorrer 300 kilómetros para llegar a la playa. Desde la posguerra hasta los años 60 cada verano la ribera del Ebro se llenaba de bañistas y paseantes que hacían del río una extensión del Mediterráneo. Una época que pasó a la historia con la fulgurante industrialización que llegó a la ciudad. Zaragoza comenzó entonces a dar la espalda al Ebro, una tendencia que se ha revertido en los últimos años gracias a la recuperación de la ribera y la instalación de varios centros de actividades que comulgan con el río.


En el Parque del Agua se ubica desde la Expo las conocidas como 'Playas' de Zaragoza, un recinto que se ha convertido en punto de fuga para los zaragozanos que ahora en agosto no han podido escaparse a la playa. Allí, la arena blanca hace pensarse dos veces dónde está uno, una sensación a la que se acercan varios bañistas que buscan algo distinto a la simple piscina.


"Está bastante bien", comenta uno de los usuarios, que explica que nunca se había pasado por el recinto antes pero que es una opción "que se agradece, y que sirve para salir de la rutina". El coste de la entrada al recinto oscila entre los 4 y los 5 euros en función de si es festivo o no, siendo gratuito todos los días a partir de las 19.30 para la entrada a la zona de copas.

Una apuesta a medio gas

Sin embargo, el Parque de Agua, nacido bajo la sobra de la Expo, esconde más rincones. Algunos de ellos ofrecen ahora una oferta que antes la ciudad no tenía, pero otros han quedado caducos tras el esplendor de la muestra del 2008. "Es bueno contar con un espacio así tan cerca de casa", comentan Javier y Marisa, dos vecinos del Actur que aseguran escaparse con la bicicleta siempre que pueden encontrando en las renovadas riberas un sitio de esparcimiento. Sin embargo, esta pareja echa en falta el buen funcionamiento de algunas infraestructuras, como el Canal de Aguas Bravas, convertido en una especie de Guadiana del recinto que ha estado durante todo el verano sin contar con caudal, y por lo tanto, inservible.


La vuelta al río que ha realizado Zaragoza también ha revertido en actividades deportivas. En el último año la Federación Aragonesa de Piragüismo ha formado a más de 1.700 niños que han hecho sus pinitos en el río. Un explosión del deporte fluvial que tiene su paralelismo amateur en los paseos que cada fin de semana organiza la sociedad Ebronautas, consistente en recorridos que van desde la Expo hasta el embarcadero de Vadorrey y en 'bautismos fluviales' gratuitos todos los viernes en la zona de Helios.


Un acercamiento al río "mejorable" para algunos de los paseantes que se encontraban este puente por la ribera, pero que en cualquier caso, "es mucho mejor que lo que había".