Movilidad

200 semáforos acústicos... que saben a poco

Desde 2010 la ciudad ha pasado de contar con apenas 70 dispositivos a los 297 que hay en la actualidad. Incremento que sin embargo no ha conseguido sacar a Zaragoza de la lista de las ciudades peor adaptadas a los invidentes.

Semáforos en el Actur
semaforo

Los invidentes de Zaragoza son uno de los colectivos que más ha agradecido la llegada del tranvía. Con su instalación, el Ayuntamiento ha mejorado la red semafórica hasta el punto de pasar de los apenas 70 cruces con semáforos adaptados con los que la ciudad contaba en 2010 a los 297 que posee en la actualidad. Un impulso que, sin embargo, no ha sido suficiente para conseguir que Zaragoza sea una ciudad apropiada para el tránsito de las personas sin visión.


De los 657 pasos semafóricos que hay en Zaragoza, solo un 45% tiene instalado un sistema de aviso para invidentes, cifra que se dispara si se compara el número total de pasos de peatones, donde los cruces adaptados se reducen a 1 de cada 300.


El problema, según se explica desde la sede de la ONCE en Aragón, reside en el gran retraso que la capital aragonesa acumuló durante sus mejores años de expansión. "El Ayuntamiento no instaló los suficientes semáforos acústicos en el momento más adecuado para hacerlo", reclama Miguel Ángel Casanova, jefe del Departamento servicios sociales de la organización de invidentes, que explica que cuando la ciudad creció extendiéndose a nuevos barrios no siempre se pensó en la instalación de estos dispositivos como una preferencia.


No obstante, Casanova valora positivamente el salto que ha dado la ciudad en este aspecto en tan poco tiempo, aunque siempre "sin perder de vista que una ciudad no estará completamente adaptada hasta que todos sus ciudadanos puedan transitar en igualdad de condiciones".


Desde hace cuatro año, la ONCE y el Ayuntamiento mantienen reuniones bianuales para estudiar las preferencias y establecer una hoja de ruta a seguir a la hora de instalar nuevos dispositivos. Una relación “fructífera”, según afirman las dos partes, que sin embargo ha visto como muchas instalaciones se quedaban paradas debido a la falta de presupuesto.


Por el momento, el nuevo objetivo de la sede de la ONCE en Aragón es conseguir que la distribución de los semáforos acústicos se equilibre. El centro de la ciudad alberga el 80% de estos dispositivos, según cuenta la organización, que reclama ahora que se adapten zonas como las Delicias -que ya consta con algunos semáforos para invidentes reutilizados después de que las obras del tranvía obligaran a retirarlos de sus ubicaciones originales-, o la Ciudad de la Justicia, nuevo núcleo de tránsito a partir de septiembre que carece de este tipo de instalaciones.


Sin exceso de ruidos

Los dispositivos que se están usando en Zaragoza cuentan con una tecnología que activa la señal acústica únicamente cuando un invidente se dispone a cruzar. Esto se consigue gracias a un sistema que funciona con el 'bluetooth' de los móviles de los invidentes, evitando que la señal tenga que estar activada las 24 horas del día.


“Las nuevas tecnologías nos han facilitado mucho las cosas”, comenta Casanova, que asegura además que este tipo de dispositivos no encarece en demasía el coste del semáforo.

Teruel por encima de Zaragoza

Y es que, pese al cambio de tendencia logrado en Zaragoza en los últimos años, la capital aragonesa sigue estando muy por detrás en comparación con otras grandes ciudades del país en los que a adaptabilidad se refiere. “Grandes ciudades como Madrid o Barcelona han conseguido instalar redes acústicas en la gran mayoría de sus semáforos, algo que en teoría en Zaragoza debería ser más sencillo”, reclama Casanova, que pone a Teruel como ejemplo de convivencia entre personas videntes e invidentes, contando con señales acústicas en prácticamente la totalidad de sus cruces señalados.