Barrios de Zaragoza

Los bancos de Eduardo Ibarra "están de adorno"

La agrupación vecinal Arco Iris ya ha manifestado ?en varias ocasiones? ante la junta de distrito la ?necesidad de cambiar? este tipo de mobiliario.

La forma de los respaldos y su inclinación producen molestias a los vecinos.
Los bancos de la plaza de Eduardo Ibarra "están de adorno"
TERESA MARTIN

Se inauguró en 2008, pero las quejas acerca del diseño y la “poca funcionalidad” de la plaza de Eduardo Ibarra, sita junto al campo de fútbol La Romareda, continúan en el tiempo. Y es que a los problemas que ya en su día generaron las láminas de agua de las fuentes, ya solucionado, la suciedad que se acumulaba en las mismas, o la falta de sombras, todavía hoy protagonista, se une otro que, cinco años después, continúa incomodando a los usuarios del entorno.


Se trata de los bancos que rodean las zonas de juegos infantiles. “Es imposible sentarte. En una parte de ellos el respaldo parece que no llega. Pero donde sí lo hay se clava en la espalda en cuanto la apoyas un instante”, asegura Armando Gutiérrez, mientras pasea con sus nietos, Alba y Jorge, por la plaza. “Por si fuera poco, el asiento está algo inclinado. Lo que para quienes ya estamos entrados en años es una dificultad añadida, porque luego cuesta más levantarse”, comenta Gutiérrez.


“No hay más que darse una vuelta para comprobar que lo que aquí primó en su día fueron el diseño y la modernidad. Los bancos están de adorno, no son de utilidad alguna. No hay sombras, así que en días de calor como estos a según qué horas no es recomendable ni acercarse. Y las fuentes de agua potable también brillan por su ausencia”, asegura Gonzalo Sanz, vecino de Romareda. “No es cuestión de gustos, de lo que se trata es de que las cosas sean útiles. Con todo el espacio que hay aquí y el poco partido que le han sacado. Ni siquiera los padres pueden sentarse mientras sus hijos juegan en la zona infantil”, apunta Sanz.


Es el caso de Magdalena Orte, que reside en la calle de Condes de Aragón. Tiene dos hijas, de 7 y 3 años, y asegura acudir “poco” a esta plaza “por la falta de comodidad”. “Lo único bueno que tiene es que cuenta con mucho espacio y no hay tráfico, lo cual da tranquilidad cuando vas con niños. El problema es que en verano te asas de calor, porque no tienes donde resguardarte y, en invierno, ocurre al contrario. Si encima, ni siquiera te puedes sentar cómodamente…”, comenta la joven zaragozana, quien asegura que “las veces que me acerco hasta aquí es porque está al lado de mi casa”. “Siempre que puedo prefiero ir a otras áreas infantiles, aunque estén más alejadas de mi vivienda”, asegura Orte.


“Ya no son solo los bancos del entorno de los juegos de los niños. En el resto no hay quien se siente porque cuando les da el sol arden y, por el contrario, en invierno, son heladores. Vamos, que quien los puso no acertó en absoluto”, comenta G. Juez, también vecino y usuario de la zona.


Quejas que solo amplían la lista de denuncias ciudadanas al respecto que también llegan hasta la Asociación de Vecinos Arco Iris. Su presidente, Manuel Ortiz, asegura haber puesto de manifiesto el malestar vecinal ante la junta de distrito, ya que, según sus palabras, “es cierto que este tipo de mobiliario es poco o nada práctico para los usuarios”.


“Además de los incómodos respaldos, la base está colocada de tal manera que el ángulo de apoyo queda al contrario del que consideramos como normal o habitual, con lo que cualquiera que se siente no llega al suelo con los pies”, apunta Ortiz. “Así es lógico que nadie los utilice. Si a esto le sumamos que no hay sombra alguna, el uso de la plaza es más bien poco”, concluye el presidente del colectivo.