Cientos de fieles aplaudieron este lunes la llegada del
obispo Javier Echevarría a la parroquia de
Santa Engracia de
Zaragoza.
El prelado del Opus Dei entró en la basílica acompañado del
arzobispo de Zaragoza, Manuel Ureña, en medio de un solemne aplauso acorde con la ocasión: la bendición de dos nuevas estatuas que este mismo lunes llegaron a la parroquia zaragozana.
Los bancos estaban llenos y los pasillos laterales abarrotados de personas en pie. Fueron los propios fieles quienes pidieron esas dos imágenes para su iglesia y dieron fe de ello con su
multitudinaria presencia. Las efigies de
bronce a tamaño natural de
Juan Pablo II y de
Josemaría Escrivá de Balaguer lucen desde este lunes en los laterales de la nave central, en el arco previo al presbiterio, para fortalecer la devoción de sus feligreses.
La
artista navarra D. García explicaba este domingo a HERALDO DE ARAGÓN que llevaba más de siete meses trabajando de forma simultánea en los moldes de escayola de los dos religiosos.
La imagen de
Juan Pablo II pesa
300 kilos y está inspirada en otra más pequeña que ya albergaba la parroquia zaragozana. La estatua de San Josemaría
Escrivá de Balaguer es una copia perfeccionada de otra imagen que ya realizó D. García para la iglesia del Espíritu Santo de Madrid y pesa
225 kilos.
El arzobispo de Zaragoza, Manuel Ureña, recordó las cualidades de los dos religiosos y evocó algunas anécdotas que dejan de manifiesto los valores cristianos de Juan Pablo II y de Escrivá de Balaguer. Al beato lo definió como un
hombre con una visión universal, del santo destacó su perenne disposición para
servir a los demás.