Fraude

El empresario que llevó las tiendas de la Expo admite que estafó a los proveedores

Acepta una pena de 18 meses de cárcel y el pago de un millón de euros, pero se declara insolvente.El juicio sigue para determinar si la Expo es responsable subsidiaria y asume las indemnizaciones.

Joao Barroqueiro (en el centro), dueño de TBZ, dialoga con su abogado antes del juicio.
El empresario que llevó las tiendas de la Expo admite que estafó a los proveedores
OLIVER DUCH

Zaragoza. Solo unos días después de que se cumplieran cinco años del inicio de la Expo, las pequeñas empresas que fabricaron los productos oficiales ven cómo los tribunales reconocen la estafa que sufrieron en su experiencia empresarial en la muestra internacional de 2008. João Barroqueiro, el empresario portugués que compró sus productos y los vendió en las tiendas de recuerdos del recinto de Ranillas, admitió este martes un delito de estafa contra 24 fabricantes, a los que causó un agujero económico de un millón de euros. En el inicio del juicio, Barroqueiro aceptó la petición de la acusación de 18 meses de cárcel, el pago de 1.079.611,08 euros de indemnización y una multa de 1.080 euros.

Sin embargo, el proceso judicial sigue adelante, ya que Zaragoza Expo Empresarial (heredera de Expoagua), no entró en el acuerdo al que llegaron las partes, ya que no admite ser responsable civil subsidiaria. Así, el juicio comenzó –y continuará dos días más– centrado en dilucidar si la organización de la muestra internacional tuvo alguna responsabilidad, y si por lo tanto debe responder económicamente en el caso más que probable de que Barroqueiro no lo haga –de hecho, el empresario se ha declarado insolvente y tiene todas sus empresas en concurso de acreedores–.

Ayer pasaron ante el juez siete de los proveedores de productos oficiales de la Expo, que explicaron ante el juez la relación a dos bandas que tuvieron con TBZ –la empresa de Barroqueiro– y con Expoagua. Algunos de ellos vieron cómo quebraban sus empresas por el perjuicio económico que les causó su experiencia en la Expo de Zaragoza.«Que no salga en la prensa»

Jorge Javier Domínguez, de la empresa Bossaroma, cerró a los pocos meses de que terminara la muestra después de que TBZ le dejara a deber más de 30.000 euros. A preguntas de la acusación particular de los proveedores, ejercida por el letrado Jesús Avellana, dijo que «Expoagua tenía que velar por que todas las partes tuvieran una relación normal, pero dejó que TBZ hiciera lo que quisiera». Además, resaltó que lo que le dio las garantías necesarias para participar en el evento fue «la presencia de Expoagua», ya que «no conocía a TBZ». Por su parte, la representación legal de la empresa pública –ahora dependiente del Gobierno de Aragón– trató de dejar claro que los fabricantes firmaron sus contratos con TBZ, y no con la Expo.

El fabricante de los pasaportes de la muestra, Juan José García, explicó que gestionó su participación con Expoagua, con quien pactó el precio y el diseño del producto, pero que luego esta empresa pública le dijo «que tenía que pasar por TBZ». Cuando comenzó a sufrir impagos alertó a la Expo y al Ayuntamiento de Zaragoza. «Me dijeron que lo importante era que no saliera en la prensa», relató García, quien reiteró que su intención en el proyecto era «participar en la Expo», y «no negociar con TBZ».

También contó su experiencia Jesús Tolosana, de Pastelería Tolosana, que vendió trenzas de Almudévar en la Expo, quien también insistió en que «desconocía que había que negociar con TBZ», y que lo hizo a instancias de Expoagua. «Como empresario todos los días sé que corro el riesgo de no cobrar, pero no puedo admitir que me estafen en un evento oficial y tutelado por las administraciones», resaltó. Klaus Dillenberger, el fabricante de las postales, dijo que él enseñaba las fotografías «a la Expo», y que desde la organización le mandaron «a firmar el contrato con TBZ». Facturó más de 40.000 euros, y a día de hoy, según dijo, no ha cobrado «nada».

El último testimonio fue el de Sergio Arteaga, fabricante de los peluches de Fluvi, uno de los productos más demandados. Fue uno de los que más tensó la cuerda, ya que ante los reiterados impagos que sufrió durante la muestra se negó a seguir suministrando. Así, durante una semana la Expo estuvo sin peluches, algo que la muestra públicamente achacó a «problemas logísticos» para evitar que se conociera el conflicto. «No era cierto», dijo Arteaga. Según añadió, Expoagua medió para que cobrara alguna cantidad y volviera a suministrar peluches.

Hoy declararán como testigos Marta Gargallo (jefa del departamento de licencias de la Expo) y Jerónimo Blasco (concejal de Cultura del Ayuntamiento y ex director general de Operaciones y Contenidos de Expoagua).