Existen multitud de recuerdos y figuras de la Virgen del Pilar de todos los tamaños y formas fabricadas con diversos materiales. Sin embargo, hasta ahora no se había lanzado al mercado una Virgen del Pilar de peluche como Pilarín. 

La idea surgió hace casi dos años, cuando la zaragozana Sara Lasheras quiso hacer un regalo a una niña que se llama Pilar. "Buscaba una Virgen del Pilar para que pudiera tenerla en la cuna, pero no encontré. En general, suelen ser medallas, bisutería o piezas artesanales que los niños no pueden coger".

Al no dar con un artículo para bebés que aludiera a la Virgen del Pilar, Sara decidió crear uno. Estudió el modo de materializar su idea hasta que dio con la forma adecuada: "Se puede agarrar bien, y nos ha salido cabezona, como buena maña -bromea-. Como en Aragón usamos mucho el diminutivo de Pilar, decidimos bautizar a nuestro peluche con el nombre de Pilarín".

El proceso

Para su fabricación, Sara contactó en primer lugar con una empresa catalana, pero después se decantó por una firma que trabaja para Disney en Hong Kong. Tras las pruebas y el test de laboratorio que certifica la seguridad para ser usado por niños, dieron los últimos retoques al diseño hasta llegar a su comercialización, que comenzó el pasado 10 de junio a través de su página web.

Su producto estrella es PIlarín, un peluche de 25 centímetros: la Virgen del Pilar en su versión más tierna, de tacto suave y agradable. El Niño esta cosido al manto y las flores están bordadas tanto en la parte frontal como en la posterior.

La familia Pilarín la completan un colgante para llevar en el carrito o poner en la cuna y una manta sonajero para recién nacidos. Hay tres versiones en colores azul, rosa y beige. Aunque no se descarta ampliar la gama de colores y productos en un futuro. Los precios oscilan entre los 12,95 euros (colgante) y los 22.85 (peluche de 25 cms). Se envían a domicilio en un plazo máximo de 48 horas.

De momento, solo se vende online, aunque se valora la posibilidad de distribuirla en tiendas y comercios. Su creadora, Sara Lasheras, explica que entre sus clientes no solo figuran madres con bebés, sino que también hay personas mayores las adquieren como objeto de decoración para sus hogares. Los pedidos llegan de diversos puntos de España donde residen aragoneses y devotos de la Virgen del Pilar.

La demanda se ha disparado porque el 'target' comprende un margen de edad que Sara no había previsto: "Pensamos en que fuera para niños de hasta siete años de edad pero también hay adultos que la compran para colgarla en el coche, en la mochila...".