Zaragoza

Una Veintena de asociaciones pide el final del despilfarro del dragado del Ebro

Estos colectivos aseguran que este dragado supone "no entender que el río aporta agua y sedimentos, que es algo connatural al mismo".

Una retroexcavadora, entre el puente de Piedra y el de Hierro.
Comienzan los trabajos de dragado del Ebro en el entorno del puente de Piedra
ARáNZAZU NAVARRO

Una veintena de asociaciones han vuelto a pedir, "por sexto año consecutivo", el fin del despilfarro de fondos públicos para el dragado del Ebro en Zaragoza, para adaptar el río a una navegación insostenible.


En una nota de prensa, estos colectivos aseguran que este dragado supone "no entender que el río aporta agua y sedimentos, que es algo connatural al mismo y que este modelo de navegación no tiene sentido".


Añaden que ahora, con el fin de justificar este nuevo dragado, el consejero municipal Jerónimo Blasco se apoya en diferentes colectivos recreativos que solicitan al ayuntamiento esta actuación, y lamentan que siempre haya desatendido las peticiones contrarias al mismo, como la que formularon dieciséis científicos especialistas en dinámica fluvial y ecosistemas acuáticos en el 2008 y en la que se le demandaba que desistiera de ese modelo de navegación.


En este momento, agregan, se apoya en dichos colectivos pro-dragado para solicitar al INAGA y a la CHE que lo permitan, que no pongan trabas ambientales, y éstos, "tan solícitos como siempre, ya han dado las bendiciones".


A su juicio, el anuncio de que es una propuesta de bajo presupuesto y "suave", que consistirá en la recolocación y dispersión de las gravas sin extraerlas, es sólo un "eufemismo".


Las diecinueve asociaciones insisten en que el dragado "es dañino para el río, altera su geomorfología, modifica condiciones de flujo y afecta a toda la cadena trófica del río, en especial a los seres vivos que viven en las gravas, algunos de ellos en peligro de extinción como la margaritífera y otras nayades".


Sin olvidar que todo ello repercute en la calidad de agua del río de la cual beben los ribereños, añaden.


Pero es que, además, es "inútil", como se demuestra año tras año, por lo que es una inversión insostenible, y supone una "mala práctica ambiental, ya que constituye un muy mal ejemplo, un mal precedente para los agricultores navarros y aragoneses que demandan, ante cada crecida, acciones similares y que no entienden cómo se les deniega sus peticiones y se permite la del capricho de navegación zaragozano".


Insisten en que ha quedado demostrado que ni el azud, aprobado siendo alcaldesa la popular Luisa Fernanda Rudi, actual presidenta del Gobierno de Aragón y que costó 24 millones de euros a la ciudad, ni los sucesivos dragados han dado solución a la navegación.


Por eso, solicitan al consistorio zaragozano que "entre en razón" y tanto las embarcaciones como las zonas de embarque se adapten a las características del cauce del Ebro, que sólo permite embarcaciones de mínimo calado.


Si se quiere navegar en un río mediterráneo de gravas hay que aceptar estas condiciones, como siempre se hizo en el pasado, concluyen estas asociaciones, entre las que están Ansar, Coagret, Ecologistas en Acción o varias asociaciones de vecinos.