Aragón

Las fundaciones viven su propia crisis

En 2012 se registraron un total de 21 fundaciones nuevas, cuando solo en 2008 se crearon hasta 71.

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La expansión económica que experimentó el país durante la primera mitad de la década pasada permitió la aparición de numerosas fundaciones de toda índole: sociales, educativas, culturales o religiosas. Muchas de ellas desarrollaban sus actividades con aportaciones de capital público. Aragón llegó a alcanzar en 2008 el techo histórico en el número de fundaciones y en la actividad creadora de estas. Una circunstancia que ha cambiado de forma radical a lo largo de la crisis.


A fecha de 31 de diciembre del pasado año, y según figura en el directorio de fundaciones del Gobierno de Aragón, el sector fundacional en la Comunidad estaba compuesto por 594 organizaciones. De estas, 21 se crearon a lo largo de 2012. Un ritmo mucho menor al de antes de la crisis. Solo en 2008, año en que se marca el techo histórico, se pusieron en marcha hasta 71.


Aragón Invierte es una de las que se pusieron en marcha el pasado curso. Se trata de una fundación privada de iniciativa pública que el gobierno autonómico aprobó constituir con la finalidad de que hiciera de "intermediaria entre proyectos viables que demandan financiación y personas que quieran invertir su dinero". 


Del total de entidades creadas a lo largo de la historia, el 12,63% ya se han extinguido, perdiendo su personalidad jurídica, y el 4,55% están actualmente declaradas inactivas, aunque mantienen su capacidad de obrar. Por lo tanto, actualmente son 492 las organizaciones con capacidad para canalizar programas y actividades.


¿En qué ámbitos participan?


Dentro del casi medio millar que siguen en pie se pueden encontrar dos tipos de organizaciones: aquellas que operan únicamente en Aragón y las que contemplan un funcionamiento interterritorial. En estos momentos, el sector fundacional aragonés activo está compuesto por 350 fundaciones autonómicas (71,14%), 86 fundaciones estatales (17,48%) y 56 delegaciones (11,38%) de organizaciones con sede social en otra comunidad autónoma.


A lo largo de la historia estas entidades se han creado mayoritariamente para atender servicios sociales (32,1%), de educación, formación e investigación (20,7%) y de cultura y ocio (13,1%). Les siguen las dedicadas al desarrollo local y comunitario (8,6%) y las de cooperación internacional (6,6%) y las religiosas (4,5%).


En los últimos años, las entidades con fines de intermediación filantrópica son las que en términos relativos se han extinguido o se han declarado inactivas en mayor volumen, mientras que las dedicadas a cooperación internacional y salud mantienen su capacidad plena de actuación.


Destaca también el elevado número en extinciones entre entidades dirigidas a la educación, investigación y formación (21,7% sobre el de las constituidas para ello), a servicios sociales (12,9% de las creadas para dichos fines), a profesionales (16,7%) y medioambiente (12,5%). Asimismo, merece mención la inactividad que se concentra en servicios sociales (5,9% de las constituidas) y en cultura y ocio (6,6%).


Se ‘cierra el grifo’


El consejero de Presidencia del Gobierno autonómico, Roberto Bermúdez de Castro, subrayaba el pasado martes la necesidad de suprimir "fundaciones, tropecientos observatorios y empresas participadas". Aunque desde algunos sectores se le achaca al Gobierno de Rudi que no haya tomado la medida suficiente en este sentido, sí ha comenzado a 'cerrarse el grifo' en algunas partidas.


Por ejemplo, tal y como publicaba Heraldo de Aragón el pasado día 14, el Gobierno de Aragón, Ibercaja y Caja Inmaculada (CAI) han decidido poner fin a la actividad de la Fundación Economía Aragonesa (Fundear), entidad creada en 2002 como referente en estudios sobre la economía y el territorio de la Comunidad Autónoma.