Aragón

Los recortes en I+D paran proyectos de investigación e intensifican la fuga de talentos

El I+D pasó de suponer el 2,31% del PIB aragonés en 2006 a solo el 0,95% en 2011. La Universidad alerta del desmantelamiento del sistema.

Investigadores de la UZ
Investigadores de la UZ
A.ALCORTA

La comunidad científica saldrá a la calle el próximo 14 de junio en seis ciudades españolas, entre ellas Zaragoza. Lo hará para protestar por la precaria situación en que ha quedado el sector tras los continuos tijeretazos de los gobiernos (central y autonómicos) en materia de investigación. A este descenso presupuestario se une una menor inversión por parte del capital privado que está derivando en una imparable fuga de cerebros y en la paralización de proyectos de investigación.


Basta echar una rápida mirada al porcentaje que suponía la inversión en I+D en Aragón antes de la crisis y en la actualidad. En 2006, el peso de la investigación sobre el total del PIB aragonés constituía el 2,31%, según recoge el Instituto Aragonés de Estadística. En 2011 (último dato disponible), y después de un descenso continuado, este porcentaje cayó hasta el 0,95%.


Este modus operandi, avisa el vicerrector de Política Científica de la Universidad de Zaragoza, Luis Miguel García Vinuesa, puede derivar en “el desmantelamiento del sistema investigador, un sistema joven y frágil, que es complicado montar pero muy sencillo de deshacer”.


“Desde 2008 llevamos unos años de claro retroceso, pero un retroceso brutal. El miedo que existe en toda la comunidad científica es que estamos experimentando un recorte tan fuerte y tan sostenido que más que ante un recorte estamos sufriendo un desmantelamiento total”, critica García.


“Estamos hablando de un sistema frágil, muy joven, que se encuentra al borde del colapso, de la ruptura. La situación es muy trágica en todo el país. Pensamos que la investigación es un área estratégica, porque cuesta mucho subirse al tren y muy poco bajarse. Teníamos estructuras, grupos de trabajo y capital humano que se está yendo fuera”, lamenta el máximo responsable del área de Política Científica de la Universidad.

Fuga de cerebros

García pone el acento en la inevitable pérdida de investigadores formados con dinero público y que, ante la imposibilidad de desarrollar una carrera investigadora en su tierra, se ven obligados a emigrar: “Estamos sufriendo una fuga de talento, la salida de gente muy capaz que estamos dejando de incorporar a nuestro sistema. Es en una situación preocupante y dramática. Además, hasta ahora teníamos unos equipos razonables, que si no se mantienen habrá que desmantelarlos, porque son estructuras caras de mantener”.


“La Universidad -indica el vicerrector- siempre ha tenido una comunidad joven, estamos continuamente formando doctorandos. El sistema de investigación es, por naturaleza, un sistema abierto. Siempre hemos estado a favor de la movilidad, de que la gente salga fuera, pero siempre y cuando haya un retorno. Ahora estamos con el grifo de salida abierto y el de entrada cerrado. Hay gente realmente buena que no estamos recuperando. Se nos están yendo abajo los programas de becas, los programas de doctorado y postdoctorado e, incluso, hay erasmus que ya no vuelven. La situación se está complicando mucho y estamos cerca del desmantelamiento del sistema".

Un 'handicap' geoestratégico

García subraya el problema añadido que soporta Aragón por su ubicación entre comunidades con una mayor apuesta por el I+D+i: "Estamos rodeados por comunidades más fuertes y que sostienen muy por encima de nosotros el esfuerzo en investigación, como Cataluña, Navarra y País Vasco. Realmente estamos teniendo problemas para retener a nuestra gente, que no sale solo hacia el extranjero sino también hacia comunidades vecinas que hacen mayores esfuerzos”.


A la imparable pérdida de materia gris se une, inevitablemente, la falta de financiación de líneas de investigación. “Se nos han caído tanto los programas autonómicos, como los nacionales. Hay gente que tiene equipos y que se ha quedado sin dinero para investigar. Si esto a un investigador le pasa un año, desde la Universidad tratamos de mantener el equipo en pie, pero si se prolonga en el tiempo resulta complicado", señala el vicerrector.


"Llevo trabajando en este ámbito desde principios de los 90 y a los investigadores nunca les ha faltado dinero, y ahora está habiendo problemas realmente serios para iniciar proyectos. También se están dando casos de proyectos concedidos por el plan estatal, y que desde enero todavía no ha recibido un solo euro, y por tanto llevan cinco meses prácticamente parados. Es más dramático de lo que parece porque hay gente contratada, técnicos, becas... No solo se niegan proyectos, sino que además se paralizan otros que ya deberían estar en marcha", concluye García.