Tras un invierno duro

El director del albergue municipal desmiente una posible ampliación

Gustavo García asegura que la situación es de "normalidad" después de haber pasado un invierno "muy largo, que no muy crudo" y desmiente que se vaya a ampliar.

El director del albergue municipal admitió que durante el pasado fin de semana se tuvo que dar espacio a entre 12 y 27 personas más de lo normal debido a las frías temperaturas que se han registrado en la capital aragonesa ya que "no se podía dejar a nadie en la calle".


En declaraciones a los medios de comunicación, ha explicado que el albergue, con un capacidad de 130 plazas, "está bastante lleno, pero ya no hay situación de emergencia". Estos últimos días en el turno libre de desayuno para los no alojados se han acercado 112 personas, que "viene a ser lo habitual de estas fechas" y en el turno abierto de duchas "estamos entre 120 y 130 personas", que también "es lo normal".


"No hay previsión de ampliar las plazas" y "que yo sepa no existe en ningún proyecto", ha sentenciado García en respuesta a la posibilidad anunciada por la presidenta de la Asociación de Vecinos 'Aloy Sala Tenería', María José Castrillo.


Gustavo García ha matizado que cuando se tiene que alojar a personas, "incluso en los pasillos, ante una situación de emergencia de frío, hemos propuesto habilitar algún espacio más digno dentro del propio albergue, pero no se amplían plazas".  


El director del albergue municipal ha opinado que "dormir en la calle siempre es indigno" y ha enfatizado que "ojalá en las ciudades hubiera una especie de pacto ciudadano para alojar a todo el mundo y que nadie durmiera en la calle, si no quiere", lo que no implica alojar a todos en el mismo sitio, "pero el invierno es durísimo y sería un riesgo para la vida de estas personas", ha alertado.


Como ejemplo extremo, se ha preguntado "cómo dejar a bajo cero a alguien, que además viene ebrio, porque si se queda en la calle y al día siguiente aparece muerto, estaríamos hablando de otra cosa". En esos casos, "tenemos que admitir a personas, que en circunstancias normales no estarían aquí", ha justificado.


Asimismo, ha estimado que el invierno se ha superado por "lo bien que se han aprovechado las instalaciones" y por la "actitud" del personal, si bien "comprendo que, a veces, se genere alarma por ver tanta gente, pero es lo que hay". 

Las quejas de los vecinos


Sobre las críticas vecinales para que haya mayor control de acceso, Gustavo García ha informado de que "si alguien arma alboroto, no está aquí y, en esto, somos bastante radicales, aunque seamos flexibles en los turnos abiertos de comida y duchas", pero, en el orden, "no permitimos que venga nadie y monte follón porque se queda fuera" y "estoy comprometido totalmente con los vecinos".


A colación, ha añadido que "a los trabajadores y usuarios nos interesa muchísimo la seguridad" y ha incidido en que ante casos extremos, y tras dar varios avisos, no se permite el acceso.


Además, ha señalado que el aumento de transeúntes se ha registrado en los alrededores, pero no de usuarios en el albergue, que desciende anualmente, y ha aportado el dato de que en el 2012 "se ha llegado a los 3.000 personas y otros años, como el 2001, se alcanzó la cifra récord de 4.300".