Medio Ambiente

Las lluvias intensas, menos frecuentes en la cuenca del Ebro

Así lo afirman dos estudios desarrollados por investigadores españoles del Departamento de Suelo y Agua de la Estación Experimental de Aula Dei del CSIC de Zaragoza.

Las lluvias intensas son cada vez menos frecuentes en la cuenca del Ebro. Así lo afirman dos estudios desarrollados por investigadores españoles del Departamento de Suelo y Agua de la Estación Experimental de Aula Dei del CSIC de Zaragoza. Estos estudios han sido publicados en las revistas 'Journal of Hydrology' y 'Hydrology and Earth System Sciences'.


Los autores afirman que es difícil explicar las causas, ya que el clima es un sistema caótico, pero existe la hipótesis de que debido al calentamiento global se produzcan episodios lluviosos más violentos y frecuentes, seguidos de sequías más intensas, y numerosos trabajos apuntan a que este efecto puede ya detectarse en la señal climática de las últimas décadas.


Sin embargo, según Beguería, "este tipo de afirmaciones a escala global tienen sus matizaciones a escala regional". En concreto, "en la Península Ibérica, diferentes estudios muestran que el incremento predicho de las precipitaciones extremas no se está produciendo", asegura el experto.


El investigador Santiago Beguería, que firma ambos trabajos junto con Marta Angulo-Martínez, ha aclarado que estos no se refieren a las lluvias torrenciales, como las que recientemente han provocado grandes crecidas en el Ebro. "Esos son eventos extraordinarios y es más difícil llegar a conclusiones fuertes porque se trata de sucesos muy esporádicos y por tanto elusivos, siendo su estudio más complicado", ha dicho Beguería.


"Al no conocer las causas, tampoco podemos predecir si estas tendencias van a continuar en un futuro. Es muy difícil relacionar tendencias como la que hemos observado con patrones más generales, como por ejemplo el calentamiento global, siendo posible que lo que hemos encontrado sea una consecuencia de la variabilidad natural del clima", explica el investigador.


"Sin embargo, dadas las importantes consecuencias que tiene un cambio de tal naturaleza en la frecuencia y magnitud de eventos de precipitación, nuestro estudio evidencia el interés de seguir estudiando este fenómeno", ha explicado el investigador.


Estudio de la erosividad

Los estudios de Beguería se centraron en la zona noreste de España y los investigadores llegaron a esa misma conclusión tras analizar la erosividad de la precipitación –la capacidad de un aguacero para producir erosión– entre 1955 y 2006.


Para ello, se basaron en una base de datos de erosividad desarrollada a partir de registros de la Agencia Española de Meteorología (AEMET) y la Confederación Hidrográfica del Ebr, y observaron una disminución generalizada de este parámetro a escalas anual y estacional.


La explicación que dan a esta tendencia es la disminución del número de lluvias intensas. "Es un hallazgo importante, ya que puede ser indicativo de cambios climáticos persistentes a largo plazo que afecten a nivel regional", ha valorado Beguería.