Los alcaldes de las poblaciones que se ubican en la Ribera del Ebro se preparan para pasar una noche sin dormir y con la mirada puesta de forma continua en el cauce del río a fin de hacer frente a las posibles afecciones derivadas de una crecida que atravesará las poblaciones en la madrugada de este martes. 

La primera población zaragozana en sufrir los efectos de la avenida ha sido Novillas, donde el agua no solo ha anegado cerca de 1.500 hectáreas de campos sino que ha entrado en algunas de las viviendas más próximas al cauce.

En esta parte de la población, los vecinos han improvisado un dique son sacos de tierra en una de las calles para evitar que el agua entrara en sus casas.

Su alcalde, José Ayesa, ha explicado que la punta de la nueva crecida del río ha llegado sobre las 18.00.

La anchura habitual del cauce, alrededor de cien metros ha pasado a alcanzar los seis kilómetros, lo que ha evitado que la altura de las aguas amenazara con entrar en la población y obligara a desalojar a sus vecinos.

Con el transcurso de las horas, el responsable municipal se ha mostrado ya más tranquilo tras el paso de la punta de la crecida por lo que ahora ha dicho que en la localidad se vive cierta calma.

Por el momento, hay tres carreteras cortadas al tráfico por esta riada en la provincia de Zaragoza, la CP-002d en Novillas, la A-127 en Gallur -se circula por la circunvalación- y la CP-0031 de Boquiñeni a Pradilla.

En otras poblaciones ribereñas como Gallur o Boquiñeni, donde la avenida pasará de madrugada, alcaldes y vecinos han decidido reponer fuerzas durante la tarde a fin de prepararse para una noche de vigilancia.

El alcalde de Gallur, Antonio Liz, ha explicado que las aguas han afectado a las instalaciones municipales ubicadas en la margen izquierda del río, y anegado campos, aunque ha admitido que en la población no se ha notado "excesivo movimiento" a causa de la avenida.

La anchura que ha alcanzado el río en la población hace prever también a este responsable municipal que el agua no alcance a las calles de la población, aunque asegura que durante la madrugada "habrá que estar atentos, por si acaso".

También el alcalde de Boquiñeni, Miguel Ángel Sanjuán, se muestra confiado en que a la hora prevista para la llegada de la punta de la crecida, en torno a las 4.00, no se produzcan grandes afecciones en la población.

Sanjuán ha explicado que uno de los problemas que originan habitualmente las crecidas en la localidad son filtraciones al depósito de agua, lo que obliga al ayuntamiento a servirse de una segunda toma para el suministro de los vecinos.

En Pradilla de Ebro, donde se espera que la punta de la crecida llegue en las próximas horas, según ha informado la teniente de alcalde, Inma Carcas, no está previsto evacuar a la población.

La ciudad de Zaragoza también se encuentra en situación de alerta ante la llegada de la punta de la crecida a lo largo de la jornada de mañana, aunque el caudal que arrastra ahora el río en la capital aragonesa, 1.700 metros cúbicos por segundo y la altura alcanzada, 5 metros, es un espectáculo en movimiento para los zaragozanos.