Equipamientos

"Mañana igual nos traemos el termo"

Los centros de convivencia de Garrapinillos, Movera, Montañana y San Juan de Mozarrifar están sin bar después de que los concursos para gestionarlos quedaran desiertos

Los vecinos de Garrapinillos que acudieron el miércoles, como todos los días, al centro de convivencia, se encontraron con una desagradable sorpresa. Con el nuevo año, la cafetería que daba servicio al flamante -y largamente demandado- equipamiento para mayores estaba cerrada. De hecho, como la persona que gestionaba el bar era también la encargada de abrir y cerrar el centro, tuvieron que ser ellos mismos los que se hicieron con las llaves para poder entrar a leer el periódico o a echar la partida de cartas.


Lo mismo pasó en las instalaciones de este tipo de Movera, Montañana y San Juan de Mozarrifar. El motivo es que el Ayuntamiento de Zaragoza sacó a concurso la gestión de las citadas cafeterías y todos quedaron desiertos. El Consistorio ha decidido no prorrogar los contratos con los actuales gestores, por lo que desde el miércoles los equipamientos se encuentran desatendidos.


La solución que se va a adoptar, según informaron fuentes municipales, es instalar máquinas de café y de refrescos para que los usuarios se saquen sus consumiciones. Mejor suerte han corrido las cafeterías de los centros de convivencia de Juslibol y de Montañana, que sí han recibido ofertas para ser explotadas y, así, poder seguir abiertas.


En Garrapinillos, Movera, Montañana y San Juan de Mozarrifar el problema va más allá que el cierre de las cafeterías. Tradicionalmente la persona que llevaba la gestión de los bares se encargaba también de abrir y cerrar la instalación municipal. Ahora, cada centro va a tener que buscar sus propias soluciones, a través de las juntas de mayores, de la alcaldía del barrio... El miércoles, en Garrapinillos fueron los propios usuarios habituales quienes pasaron por el centro cívico para recoger las llaves, abrir las puertas y poner en marcha la calefacción.


Plácido Pérez, Ramón Font y Emilio Cruces jugaban con otros dos amigos al rabino francés, sorprendidos por la nueva situación de un centro que es nuevo, pero que a las primeras de cambio se ha encontrado con este importante contratiempo. "Con lo que costó que nos lo pusieran, es una pena que se quede así", explicaban.


Lo primero que demandan es una explicación, ya que nadie les ha comunicado qué se va a hacer con el centro de convivencia. "Mañana tendremos que tomar el café fuera o traernos el termo", lamentaban entre mano y mano de cartas.


Por las conversaciones que han tenido con el anterior gestor de la cafetería, estos usuarios denuncian que "las condiciones que ha puesto el Ayuntamiento para llevar el bar son inaccesibles". "Aquí no se saca dinero porque se consume muy poco, la gente se toma un cortado o un botellín de agua. Le exigían contratar un seguro, poner alarma, hacerse autónomo... Llevaba el bar por gusto, pero así no podía", contaban estos vecinos de Garrapinillos.


El centro de este barrio rural no tiene una gran asistencia -unas 15 o 20 personas al día, más otras tantas si hay bingo-, pero estos usuarios señalaron que "viene muy bien", y sobre todo después de que se invirtiera recientemente para instalarlo en el nuevo edificio del consultorio. "Esto es un cachondeo. El centro ha ido de mal en peor, y esto ya es el colmo", denunciaban Plácido, Ramón y Emilio.


Cursos y talleres se mantienen

Desde el Ayuntamiento insistieron en que se van a instalar máquinas expendedoras próximamente, por lo que parece descartado que las cafeterías vuelvan a salir a concurso en condiciones más ventajosas. Lo que sí está confirmado es que se van a mantener los talleres y cursos para mayores que habitualmente se imparten en estos equipamientos, ya que los profesores tienen las llaves para abrir.