El uso de pistas deportivas, conocidas como potreros, es para algunos grupos de jóvenes una cita obligada a la que, “al menos”, intentan no faltar “una vez a la semana”. Es el caso de A. Domínguez y sus compañeros de baloncesto, usuarios de la cancha ubicada en la calle de Honorio García Condoy. “Además de practicar deporte, lo pasas bien y es un servicio al que puedes acceder de manera totalmente gratuita. Al menos en este potrero cada vez se ven más grupos de chavales que vienen a pasar un rato”, cuenta el zaragozano, quien asegura que el uso “se podría alargar” si las luminarias que rodean la pista funcionaran.

“Ya se nota que comienza a oscurecer antes y aquí, al menos yo que ya llevo tiempo viniendo, no he visto que nunca que funcionen las farolas”, cuenta Luis, miembro del “equipo” de Domínguez, como él mismo define. “Un amigo nuestro, Fran, que durante un tiempo también jugaba aquí con el grupo, escribió una queja en la página web del Ayuntamiento, pero pasa el tiempo y seguimos igual”, apunta el joven.

Y es que a la falta de luz se une otro problema, “más importante”, según los propios usuarios. Es el mal estado de la alambrada que rodea el potrero. “Está agujerada y en uno de los frontales han puesto otra que da justo a la cancha. La cuestión es que todo ese alambre queda dentro de la pista y cualquiera se lo puede clavar”, comenta Luis.

Una situación que para Andrea Gabasa, vecina de la calle de Sancho Ramírez, resulta “incluso peligrosa”. “Aquí también juegan niños y algún día alguno terminará haciéndose daño. No sé si tiene solución porque nadie la mantiene. Pensándolo bien, excepto el problema de los agujeros en el vallado, casi hasta está bien conservada para el poco caso que le hacen los responsables”, opina la joven.

Una cuestión que, según fuentes municipales, “está en trámite de solución”. “Cuando Roberto Fernández llegó a la Concejalía de Deportes hizo el propósito de realizar un chequeo a este tipo de instalaciones, ya que era consciente de que había muchas pistas en suelo urbano que no dependían de nadie y con características muy diferentes”, explican desde el Consistorio. “Al final, se hizo un estudio y se definió qué tipo de instalaciones podían considerarse o no como potreros para poder intervenir de manera regular en esa en un trabajo que realizará Equipamientos. Una de esas pistas es la de la calle de Honorio García Condoy”, concluyen las mismas fuentes.